La cumbre del G20 de Londres arrancó hoy con un mensaje optimista del primer ministro británico y anfitrión de la cita, Gordon Brown, quien aseguró que existe "un alto grado de consenso" entre los jefes de Estado y de Gobierno sobre la manera de hacer frente a la crisis y recuperar la economía mundial.

"Creo que el texto que ha estado circulando ya refleja un grado muy alto de consenso y acuerdo entre todos nosotros", dijo Brown al abrir oficialmente la primera sesión plenaria de la cumbre.

Flanqueado por el presidente estadounidense, Barack Obama, y su ministro de Economía, Alistair Darling, Brown declaró que esta es "una oportunidad" para que los países busquen conjuntamente "la manera de reconstruir nuestra economía global" y para que constaten que "los problemas globales necesitan de soluciones globales".

En su breve intervención inicial, Brown dio la palabra a los responsables de las instituciones multilaterales para que comentaran el contenido del borrador elaborado hace dos semanas por los ministros de Economía y Finanzas en lo que se refiere al tema del proteccionismo, que calificó como "una preocupación compartida".

El primer ministro británico pidió intervenir al director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, tras lo cual intervendrán los jefes de Estado y de Gobierno, en una sesión que está previsto que se prolongue algo más de dos horas.

Los líderes posaron para la "foto de familia" de la cumbre antes de la sesión plenaria, que está previsto que se prolongue hasta las 12.00 GMT, cuando los líderes harán una pausa para el almuerzo y volverán a reunirse para concluir la cumbre.

Una conferencia de prensa de Brown entre las 14.30 y las 15.00 GMT dará a conocer el comunicado final de esta cumbre, que comenzó marcada por las diferencias de enfoque entre EEUU y los países europeos, sobre todo Francia y Alemania, acerca de la mejor manera de hacer frente a la peor crisis económica desde la II Guerra Mundial.

El Gobierno británico auguró que la cumbre "responderá a los niveles de expectativa y ambición de la gente" y enviará un mensaje claro de unidad que permita recuperar la confianza en la economía.

Así lo manifestó el ministro de Empresa, Peter Mandelson, en unas declaraciones a la BBC en las que expresó su confianza en que el comunicado final de la cumbre tendrá contenido, porque "no tiene sentido volver aquí y repetir las declaraciones que ya conocemos".

Lo importante, en opinión del ministro británico, es que existe un compromiso "de hacer lo que sea necesario" para salir de la crisis nacido de la reunión preparatoria que mantuvieron el 14 de marzo los ministros de Economía y Finanzas del G20, lo que implica que todos los países "tienen que hacer más de lo que ya han hecho".

Mandelson respondió así a una pregunta acerca de si el Gobierno del Reino Unido está decepcionado por la resistencia de los Gobiernos europeos, especialmente de Francia y Alemania, a comprometerse a aprobar planes adicionales de estímulo fiscal.

"Nadie estaba pidiendo a Alemania y Francia que vinieran aquí a escribir sus presupuestos nacionales", dijo Mandelson, quien reconoció no obstante que el compromiso de París y Berlín para un esfuerzo adicional "está por debajo del nivel que nos gustaría ver".

El ministro de Empresa subrayó que lo importante hoy es lograr "un compromiso de que se tomarán acciones que vayan más allá, no solo en las economías nacionales, sino para que cada país se comprometa a facilitar recursos para los organismos financieros".

Al tiempo que los líderes del G20 llegaban el recinto ferial de ExCel (este de Londres) para participar en la cumbre, los primeros manifestantes se acercaron al lugar para tomar parte a lo largo del día en una protesta convocada por diversos grupos antisistema, de defensa de los derechos humanos y ecologistas.

La protesta, rodeada de fuertes medidas de seguridad, se suma a la manifestación del miércoles frente al Banco de Inglaterra contra el G20, que congregó a miles de personas y en la cual se produjeron altercados con la policía que se saldaron con unas 90 detenciones.

Un manifestante murió en el transcurso de las protestas, al parecer por un ataque al corazón, aunque el suceso está siendo investigado por una comisión policial independiente.