La muerte del ex presidente radical Raúl Alfonsín, fallecido en la noche del martes a causa de una neumonía agravada por un cáncer de pulmón que padecía desde el año 2007, ha provocado un compartido sentimiento de congoja en toda la población y una multitud comenzó a desfilar ayer por la Cámara de Senadores de la Nación donde fueron velados sus restos, que serán sepultados hoy en el cementerio de la Recoleta.

El Gobierno argentino decretó tres días de luto para honrar al ex presidente que condujo el destino de Argentina tras de la dictadura militar (1976-1983) y que tuvo que enfrentarse a los militares debido a su decisión de enjuiciar a los jerarcas condenados en 1985 por violaciones a los Derechos Humanos.

Desde primera hora de la mañana, miles de personas comenzaron a desfilar por el Salón Azul de la Cámara de Senadores, donde se instaló la capilla ardiente para recibir sus restos. Al conocerse la noticia de su fallecimiento, miles de personas se congregaron frente a su domicilio, en la avenida Santa Fe.

Muchos de ellos pasaron la noche allí en una improvisada vigilia, mientras encendían velas frente a su edificio y cantaban el himno nacional. Todos recordaban al ex presidente radical como una figura íntegra y honesta, que tuvo el temple necesario para lograr que Argentina se encaminara hacia la vida en democracia, tras un siglo jalonado por golpes militares.

Todos los dirigentes de su propio partido, la centenaria Unión Cívica Radical, y los del eterno opositor, el Partido Justicialista, coincidieron en destacar las virtudes del ex mandatario, que debió entregar seis meses antes el poder al peronista Carlos Menem (1989-1999), acorralado por una crisis económica.

“Pérdida muy grande”

“Es una pérdida muy grande para la democracia. Alfonsín cumplió una trayectoria impresionante y fue uno de los artífices para que Argentina vuelva a la libertad y a la democracia”, dijo Menem. “Fuimos, somos y seguiremos siendo amigos como siempre”, agregó.

Alfonsín y Menem firmaron el criticado Pacto de Olivos, que permitió que los dos partidos entonces mayoritarios acordaran modificar la Constitución Nacional en 1994, para permitir que el presidente peronista pudiera acceder a un segundo mandato

El ex presidente Néstor Kirchner (2003-2008) recordó a Alfonsín como “un hombre de muy fuertes convicciones al que los argentinos van a reconocer”, y destacó que “tengan las ideas que tengan, le debemos un profundo reconocimiento, aún desde las diferencias, es un dolor intenso para los argentinos, más allá de las ideas”.

El ex presidente consideró que los argentinos “van a tener un profundo reconocimiento” a la figura de Alfonsín porque ya lo tuvo “en vida” por haber encabezado “el proceso democrático a partir del año 1983, pero además el juicio a las Juntas Militares”. “Su nombre está escrito en la historia”, resaltó a continuación Néstor Kichner.

Precisamente, la esposa de Kirchner, la actual presidenta Cristina Fernández, actualmente en Londres para asistir a la cumbre del G-20, le invitó en julio del año pasado a un acto en la Casa Rosada, sede del Ejecutivo, en el que se descubrió un busto en su honor. Fue su última aparición pública.

“Está toda la gente muy acongojada, ustedes conocen la relación de afecto que yo tenía con él”, dijo la presidenta a los periodistas en el trancurso de una rueda de prensa en Londres. La mandataria adelantó su regreso a Argentina a mañana, viernes, en lugar del sábado como estaba previsto, aunque el entierro de Alfonsín se realizará hoy en el tradicional cementerio de la Recoleta. Su intención es reunirse con la familia del ex presidente a su llegada a Argentina.

Mandatarios y dirigentes políticos de todo el mundo destacaron la trayectoria política del ex presidente argentino. El incesante desfile de público por el edificio del Congreso Nacional, donde los restos de Alfonsín fueron velados, recordó por su magnitud a la muerte de otro gran líder político de Argentina, Juan Domingo Perón, fallecido el 1 de julio de 1974.

Telegramas de pésame desde España

Los Reyes hicieron llegar a la presidenta argentina, Cristina Fernández, sus condolencias por el fallecimiento de Raúl Alfonsín. En la misiva le piden que haga llegar, en su nombre y en el del pueblo español, su pesar por la pérdida del ex presidente a su familia.

Asimismo, el jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, envió un telegrama de pésame a Cristina Fernández, por el fallecimiento del ex presidente argentino, al que ha descrito como un “insigne político”. En el telegrama, hecho público por Moncloa, Zapatero expresa en nombre del Gobierno y en el suyo propio sus “más sentidas condolencias” .

La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE también expresó ayer sus “condolencias más sinceras” al Gobierno y a la nación argentina por el fallecimiento de Alfonsín, de quien elogiaron su lucha en favor de la consolidación democrática y la libertad.

El presidente del Partido Popular (PP); Mariano Rajoy, también envió ayer un telegrama de pésame al Gobierno argentino. El líder de la oposición, en una misiva dirigida al embajador de España en Buenos Aires, Carlos Antonio Betini, manifiesta: “Al conocer la triste noticia del fallecimiento del ex presidente de la república Raúl Alfonsín, en nombre del PP y en el mío propio quiero transmitirle el sincero testimonio de mi más profunda condolencia”.

La Diputación de Pontevedra expresó igualmente su pésame y subrayó que había sido nombrado hijo predilecto de esta provincia de donde eran originarios sus familiares. El vicepresidente de la Diputación pontevedresa, Enrique Sotelo, recordó que el abuelo de Alfonsín era oriundo de Ribadumia y “además fue un gran activista de los derechos humanos.

Un presidente con raíces en Ribadumia

Hijo de padre gallego -su abuelo era de Ribadumia- hincha del club Independiente de Avellaneda y abogado de profesión, Alfonsín, que gobernó Argentina entre 1983 y 1989, dedicó su vida a la actividad política desde la centenaria Unión Cívica Radical (UCR). En una era plagada de breves lapsos de democracia interrumpidos por golpes militares, fue uno de los fundadores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), pionera en la lucha contra el autoritarismo.

Además, el líder radical logró algo que consiguieron muy pocos de sus correligionarios: vencer en las urnas al Partido Justicialista (PJ, peronista), con casi el 52 por ciento de los votos en los comicios que marcaron el fin de la dictadura (1976-1983). Aunque tuvo que enfrentar obstáculos y presiones para afianzar la democracia, consiguió que en 1985 se llevase a cabo un histórico juicio que concluyó con duras condenas para los jerarcas del régimen que secuestró, torturó y desapareció a miles de personas. Entre 1986 y 1987 el Ejecutivo impulsó la aprobación parlamentaria de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que libraron de responsabilidad a más de un millar de acusados.

Nacido en 1927 en Chascomús, localidad agrícola-ganadera situada a 120 kilómetros de Buenos Aires, Raúl Ricardo Alfonsín cursó sus estudios secundarios en un liceo militar y a los 18 años comenzó su actividad política en la UCR. La derrota argentina en la guerra con el Reino Unido en 1982 por la soberanía de las islas Malvinas, a la que Alfonsín se opuso, llevó al gobierno a convocar a elecciones. Uno de sus primeros actos como jefe de Estado fue ordenar el proceso judicial de “los máximos responsables” de la represión ilegal, que se concretó en 1985, derivó en tres levantamientos militares y le costó un atentado del que salió ileso.