El primero en llegar al Palacio fue el presidente estadounidense, Barack Obama, quien se encuentra desde ayer en Londres acompañado por su esposa, Michelle.

Tras esta recepción, Zapatero acudirá a la cena que el primer ministro británico y anfitrión de la Cumbre, Gordon Brown, ha organizado para todos los mandatarios en su residencia de Downing Street.

En ella, los líderes de las potencias económicas y de los principales países emergentes discutirán el borrador del documento en el que trabajan todas las delegaciones y que deberá ser aprobado mañana, aunque todavía persisten las discrepancias en algunos de sus puntos.

Antes de viajar a Londres, Zapatero se comprometió en Madrid a defender que los representantes de los sindicatos tengan una voz permanente en el G-20, convencido de que no habrá progreso si no se cuenta con la participación de los representantes de los trabajadores.

Criticó además a los ejecutivos del sistema financiero internacional por su "denigrante" comportamiento, al considerar que han intentado "hacerse ricos a costa de engañar a mucha gente".

A pesar de la reciente intervención de la Caja de Castilla-La Mancha por el Banco de España, el jefe del Ejecutivo volvió a asegurar que el sistema financiero español sigue siendo "fuerte y sólido", una de las bazas con la que se presenta ante el G-20.