La operación en Gaza será larga y es una "guerra total contra Hamás y los de su clase", advirtió ayer en el Parlamento israelí el ministro de Defensa, Ehud Barak. La operación, iniciada el sábado y denominada "Plomo Fundido", será "ampliada y profundizada según sea necesario", dijo el titular de Defensa en la Cámara.

El objetivo de la ofensiva, que ha provocado la muerte hasta ahora de 345 personas y heridas a otras 1.600, no son los residentes de Gaza, sino Hamás, indicó Barak, que aseguró que el movimiento islamista "es responsable de todo lo que ocurre en Gaza" y de haber convertido ese territorio palestino en un "refugio de terroristas".

El ministro recordó al Pleno que el presidente electo de Estados Unidos Barak Obama, cuando visitó Israel siendo aún candidato presidencial, aseguró que si alguien lanzase cohetes contra su casa mientras sus hijas dormían "haría todo lo que pudiera para evitarlo".

Varios parlamentarios árabes acusaron al Gobierno de llevar al país a una guerra por motivos partidistas con el fin de ganar votos antes de las elecciones generales del próximo mes de febrero.

Por su parte, el líder del Likud, Benjamin Netanyahu, rechazó las críticas vertidas por los árabes israelíes y pidió al primer ministro Ehud Olmert que cese al ministro Raleb Majadele, el único árabe del gabinete.

Después de tres días de masivos bombardeos en la Franja de Gaza, "lo peor está por llegar", advirtió el vicejefe del Estado Mayor israelí, Dan Harel. "Apenas estamos en los inicios de la lucha. Esto no se puede resolver con un solo golpe. Lo peor aún no ha ocurrido. Está por llegar y tenemos que prepararnos ante ello", dijo Harel, citado por la agencia de noticias online israelí ´ynet´ durante una reunión con alcaldes en Kiriat Gat, en el sur de Israel.

Mientras se espera el ataque por tierra, los helicópteros israelíes bombardearon Gaza por tercer día, con ataques dirigidos a todas aquellas infraestructuras relacionadas con Hamás, entre ellos el Ministerio del Interior, pero también contra mezquitas bajo el argumento de que sirven de improvisados polvorines y contra los tuneles que enlazan la franja con Egipto, causando al menos medio centenar de víctimas.

Sin embargo, la baja visibilidad por las condiciones meteorológicas "ha reducido algo la operatividad" de la Fuerza Aérea israelí al dificultar la localización de lanzaderas de cohetes palestinos, señaló el responsable de la oficina de prensa del Gobierno israelí, Daniel Seaman.

La Franja de Gaza está completamente cerrada para ciudadanos y periodistas. Sólo el Ejército israelí puede acceder a la frontera. Los temibles tanques Merkava y excavadoras pesadas que abrirían el paso hacia el territorio controlado por Hamás esperan la orden de las autoridades mientras el Consejo de Ministros aprobó ayer el llamamiento a filas de más de 6.500 reservistas que participarán en esta posible ofensiva terrestre.

Israel permitió la entrada a Gaza de camiones con ayuda humanitaria, indicó Leivovitz, que precisó que el domingo entraron en la Franja 150 toneladas de comida y medicina mientras que ayer se introdujo la carga de un centenar de camiones.

Las comunidades del sur de Israel se encuentran en estado de alerta y el frente de interior se ha desplegado en la zona para proteger a sus habitantes.

Las milicias palestinas lanzaron diez proyectiles de mortero y cincuenta cohetes al territorio israelí, uno de los cuales mató a un trabajador de la construcción en la ciudad de Askhelon. Estos cohetes son de fabricación artesanal y su potencial destructivo es bajo.