La formación ha obtenido 28 escaños de los 87 que componen la Asamblea, seguida del nacionalista Partido Democrático Popular, con 21, del Partido del Congreso, con 17, y el radical hindú Bharatiya Janata Party (BJP), con 11, que ha registrado un fuerte avance.

El ascenso de los radicales hindúes se produce tras los disturbios religiosos del verano, que comenzaron por la decisión del Gobierno de transferir unos terrenos a la organización que promueve las peregrinaciones al templo hindú de Amarnath.

Esa decisión -y la posterior revocación de la misma- causó una ola de violencia que dejó cuarenta muertos en la región y además marcó una línea de separación entre el área de Jammu -de mayoría hindú- y el valle de Cachemira, mayoritariamente musulmán.

Las elecciones comenzaron el 17 de noviembre y terminaron el 24 de diciembre divididas en siete fases, y fueron boicoteadas por la organización separatista Hurriyat, aunque la tasa de participación fue de un 61,5 por ciento, casi 20 puntos más que en 2002.

Según el primer ministro de la India, Manmohan Singh, las elecciones han representado una victoria de la "democracia" sobre el terrorismo, aunque en el valle de Cachemira los separatistas indican que la población votó solo para resolver sus problemas del día a día.

Cachemira es una región en disputa entre la India y Pakistán, que se reparten el territorio desde la independencia y partición del subcontinente, en el año 1947.