Según la fuente, un fiscal presentó los cargos de "asesinato intencionado y uso ilegal de arma" contra el detenido, de 37 años, mientras que su colega, también arrestado, fue acusado de "colaboración en asesinato".

Mientras, se produjeron hoy nuevos enfrentamientos entre la policía y grupos violentos en Atenas durante una gran manifestación, de cerca de 10.000 personas, convocada tras la muerte del menor.

Las brigadas antidisturbios intentaban dispersar con gases lacrimógenos a los grupos que incendiaban cajeros automáticos, vehículos y tiendas, en su marcha hacia el cuartel general de la policía.

La manifestación estaba integrada por estudiantes, docentes, escolares, menores y seguidores de diversos partidos que llevaban pancartas en protesta "contra la violencia del Estado", pero al desatarse la violencia quedaron sólo los grupos de jóvenes radicales que se enfrentaban a las fuerzas del orden.

Los bomberos acudían a extinguir los focos de incendios que dejan a su paso encapuchados que, armados con bombas molotov y piedras, han prendido fuego también a neumáticos de automóviles para mitigar los efectos de los gases lacrimógenos.

La manifestación fue convocada por organizaciones civiles de defensa de los derechos humanos en diversas ciudades del país.

También en la ciudad de Salónica se desató hoy la violencia cuando unos 500 manifestantes lanzaron piedras y bombas incendiarias contra el cuartel central de la policía, que logró finalmente disolver la protesta.

La justicia ha abierto una investigación sobre las circunstancias de la muerte del menor, Alexandros Grigoropulos, de 16 años, que según fuentes policiales citadas por el canal privado Alpha pereció a causa de una bala que le hirió el corazón.

Antes de ser detenidos, los dos policías implicados fueron suspendidos de sus cargos.

La versión de la policía sobre el suceso contrasta con la de varios testigos presenciales.

La policía explicó que la tragedia ocurrió cuando un vehículo que patrullaba por el céntrico barrio ateniense de Exarhia fue atacado con piedras y bombas incendiarias por un grupo de 30 encapuchados.

En un comunicado difundido esta mañana, la versión policial aludió a la agresión de la que fueron víctimas los dos agentes.

"Los policías se bajaron del vehículo y se dirigieron hacia los manifestantes para arrestarlos y fueron nuevamente objeto de agresión, por lo cual uno de los policías hizo un disparo con un cartucho de fogueo y el otro disparó tres veces con el revolver de servicio, lo que resultó en la herida fatal del menor, que fue trasladado al hospital", señaló la nota.

Pero varios testigos entrevistados por los medios locales han desmentido que los policías fueran atacados por el grupo e incluso hay testimonios de que el agente habría disparado adrede sobre los jóvenes.

Una joven que se encontraba en el lugar de los hechos declaró al canal de televisión privado Alpha que "los manifestantes no atacaron a los policías con objetos ni con bombas incendiarias".

Por otro lado, un taxista afirmó que vio cómo "el policía disparó contra el muchacho a sangre fría".

Otros canales y emisoras atenienses recogen testimonios según los cuales la provocación contra los policías fue "sólo de insultos".

El estudiante de 16 años fue alcanzado en el tórax por una bala y murió a consecuencia de la grave herida poco más tarde en un hospital.

Su muerte desató ya anoche una cadena de manifestaciones de centenares de personas en diversas ciudades del país, que se enfrentaron a las fuerzas del orden y ocasionaron daños materiales a tiendas, bancos y vehículos.

Las protestas continúan hoy en Atenas y Salónica, con nuevos actos violentos, y varias organizaciones de defensa de los derechos humanos han convocado más manifestaciones para hoy y mañana.