"La historia muestra que la incapacidad para renovarse es letal", recalcó el jefe de la diplomacia rusa ante las 56 delegaciones de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), de la que dijo que su país trata de llenar de contenido.

"La OSCE no cumple con sus objetivos primarios", ya que "no es solo incapaz de impedir guerras, sino de reaccionar al uso ilegal de la fuerza en violación clara del Acta Final de Helsinki", agregó en referencia al conflicto de Georgia del pasado agosto.

"Hay algunos que insisten en mantener la organización como si fuera algo inmutable", indicó Lavrov sobre los países que acogen con reservas las propuestas rusas, especialmente los de Europa del Este, EEUU y Reino Unido,

Por eso Rusia solicitó que la "OSCE se incorpore a la iniciativa del presidente (ruso Dmitri) Medvédev para la conclusión de un tratado jurídicamente vinculante de seguridad europea que permita un espacio único de seguridad colectiva para todos los Estados euroatlánticos".

Tras recordar que su país dejó de aplicar el tratado sobre las fuerzas Convencionales en Europa (FCE), destacó que uno de los aspectos centrales del nuevo pacto sería poner al día los acuerdos sobre armas convencionales.

Lavrov expuso lo que consideró como dobles estándares en la OSCE, en aspectos como la observación electoral, sobre la que dijo que existen "desigualdades" dependiendo de en qué países actúan.

Los observadores electorales de la OSCE no pudieron participar en los últimos comicios de Rusia debido a la oposición de este país, que ha venido repitiendo que estas misiones interfieren en la política interna de los Estados y son más duras en el espacio ex soviético que en Occidente.

La propuesta de una cumbre para debatir un nuevo pacto de seguridad alejado de las premisas de la Guerra Fría la lanzó recientemente el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su homólogo ruso, Dmitri Medvédev.

Ese debate ha dividido la OSCE en dos bloques, enfrentando a aquellos países que consideran que la iniciativa es positiva, como Alemania, Francia, Italia y España (entre otros) y quienes la acogen con reservas, como EEUU, Reino Unido y la mayoría de los países de Europa del Este.

Lavrov dio lectura ayer, durante el almuerzo de trabajo con sus homólogos, a un documento de cuatro páginas titulado "Iniciativa Rusa sobre el acuerdo sobre seguridad europea", difundido hoy por las autoridades de su país.

Ese documento de nueve puntos incluye exigencias ya conocidas, como su rechazo al despliegue del escudo antimisiles ideado por EEUU en Polonia y República Checa, antiguos países del Pacto de Varsovia.

Una fuente diplomática explicó a Efe que la OSCE acogió el documento con una clara división, entre aquellos que lo rechazaron y aquellos favorables a dialogar con Rusia, "lo que no significa que se acepte todo lo que proponen".

El presidente de la OSCE, el finlandés Alexander Stubb, explicó que existen "discrepancias" sobre la fecha y el contenido de una cumbre sobre seguridad en el Viejo Continente, que Rusia espera que se celebre en 2009.

"Muchos de los miembros consideran que antes de que se organice una cumbre debemos estar seguros sobre qué es exactamente lo que vamos a discutir", precisó Stubb.

Las divisiones internas en la OSCE, sobre todo las diferencias entre los países occidentales con Rusia, han impedido desde 2002 la adopción de un documento final a la conclusión de las reuniones ministeriales anuales.

Otra fuente diplomática dijo que este año, aunque resultaría "muy complicado", podría adoptarse una declaración política debido a que existe voluntad rusa para negociar un texto, a cambio de que se le prometa la organización de la cumbre deseada por Medvédev.

Las decisiones en la OSCE se toman por unanimidad, por lo que suele ser muy complicado lograr el consenso.