El presidente electo de los Estados Unidos, Barack Obama, presentó a su equipo de política exterior, defensa y seguridad, con dos nombres por encima del resto: Hillary Clinton, nombrada secretaria de Estado, y Robert Gates, cuya acertada gestión en Irak le sirven para continuar como secretario de Defensa. Obama ha destacado por encima de todo la "experiencia" del equipo elegido, en concreto en estos dos puestos, los más importantes en las relaciones exteriores. Durante la rueda de prensa posterior, el presidente electo remarcó su compromiso en la lucha contra el terrorismo, y su apuesta por la retirada de tropas de Irak en 16 meses.

"He reunido este equipo porque creo firmemente en sus fuertes personalidades y opiniones, que es como se toman las mejores decisiones", señaló Obama. El presidente electo quería formar un grupo que integre tanto a fuerzas militares como a diplomáticas, la aplicación de la ley y la economía. "El equipo que hemos reunido es el único adecuado para hacerlo", precisó. En este sentido, Obama destacó que todas las figuras políticas que le acompañan comparten su "pragmatismo sobre el uso del poder", y su "propósito acerca del papel de América como líder mundial".

Clinton y Gates, a los que extraña ver al lado de Obama en la nueva Administración por su trayectoria, se comprometieron en su intervención a adherirse a la visión del futuro mandatario para reconstruir la imagen de Estados Unidos en el exterior, y tendrán como retos más inmediatos las guerras de Irak y Afganistán. En este sentido, Hillary Clinton, nombrada secretaria de Estado, y cuya principal labor será la de dirigir la futura diplomacia del país, afirmó que Estados Unidos debe contar con sus aliados para hacer frente a amenazas como el calentamiento global y el terrorismo.

"Si nuestra determinación es defender nuestras libertades a cualquier coste, también llegaremos a todo el mundo otra vez, buscando una causa común", explicó Clinton, en un reproche implícito al criterio del presidente George W. Bush. "Al elegir a Barack Obama como nuestro próximo presidente, el pueblo de los Estados Unidos ha exigido no sólo una nueva orientación interna, sino un nuevo esfuerzo para renovar la posición de América en el mundo, como una fuerza para el cambio positivo", destacó la ex primera dama.

Retirada de Irak

Por su parte, Robert Gates se convierte en la primera persona que repite en el cargo de secretario de Defensa con dos presidentes de distinto partido. Esto se debe a su acertada gestión en el Pentágono, reflejada en la mejora de la situación en Irak, una de las prioridades de Obama, que no quiere hacer experimentos en ese tema, y prefiere el continuismo. Por su parte, Gates, al que es muy raro ver frente a los micrófonos, explicó que su intención era dejar el cargo cuando finalizase el mandato Bush, por lo que no tiene claro cuanto tiempo estará en el cargo.

En cuanto a la situación en Irak, Obama remarcó su deseo de retirar las tropas en 16 meses, aunque debía consultarlo con sus asesores. En este sentido Gates argumentó que es mejor no ponerse plazos, porque la seguridad podría poner en riesgo los logros alcanzados el pasado año.

Por otro lado, el presidente electo insistió en su compromiso en la lucha contra el terrorismo, y mostró su total apoyo a la India para detener a los responsables de los atentados de la semana pasada en Bombay. "No podemos tolerar un mundo donde inocentes sean asesinados por extremistas que se basan en ideologías retorcidas. Mi Administración permanecerá inquebrantable en apoyar los esfuerzos de la India, y espero que la comunidad internacional siga este mismo camino".

Además, en cuanto a Afganistán, el presidente electo manifestó su preocupación por la situación en este país, que ha ido empeorando en los últimos años, y aseguró que centrará su atención en "acabar con Al Qaeda, Bin Laden, y otros grupos extremistas que intenten atacar a ciudadanos americanos". En cuanto a otros desafíos como Corea del Norte o Irán, Obama dijo que "hay mucho que hacer", y también para lograr la paz entre israelíes y palestinos.

Por último, otros de los cargos anunciados por Obama fueron el de James Jones como consejero de seguridad nacional, Janet Napolitano como jefa del Departamento de Seguridad nacional, Eric Holder como fiscal general, y a Susan Rice como embajadora en las Naciones Unidas.