Contra la crisis, pornografía. La receta se la ha sacado de la manga, no sin polémica, el Gobierno de Silvio Berlusconi, que aprobó un impuesto de hasta el 25 por ciento sobre cualquier artículo pornográfico con el objetivo de recaudar fondos para luchar contra la crisis. La iniciativa forma parte del paquete de medidas anunciadas ayer por el Ejecutivo italiano que preside Berlusconi para hacer frente a la recesión económica.

En el artículo 31 del plan anticrisis del Gobierno de Berlusconi se define lo que se entiende por pornografía, aunque el Ejecutivo deberá aprobar un decreto en los próximos dos meses en el que se den todos los detalles y se establezcan las categorías para diferenciar lo que es sexualmente explícito de lo que no.

Así, en principio el impuesto se aplicará a periódicos y revistas especializados, incluidos DVD y material adjunto, y a "toda obra literaria, teatral y cinematográfica, audiovisual o multimedia, también realizada o reproducida sobre soporte informático o telemático, en la que estén presentes imágenes o escenas con actos sexuales explícitos y no simulados entre adultos", según el artículo 31.

La pornotasa, sin embargo, no es una idea del todo nueva. Aunque nunca se llegó a aplicar, la medida ya fue propuesta en el año 2002 por Vittorio Emanuele Falsita, entonces diputado del partido Forza Italia -fundado por Berlusconi en 1994- y retomada tres años después por otra parlamentaria, esta vez de Alianza Nacional, Daniela Santaché.

"Es necesario llevarlo a cabo, no por una cuestión moral, sino porque creo que es justo tasar los productos que no son indispensables", dijo entonces la diputada Santaché, que preveía recaudar con la tasa cerca de 220 millones de euros y destinarlos a mantener las pensiones de las familias numerosas.

La propuesta de Santaché no llegó a materializarse, no sólo por las duras críticas de los políticos de izquierdas -que lamentaban que no se considerasen tan "indispensables" como la pornografía los viajes de placer, la ropa de marca o los restaurantes lujosos-, sino también por los recelos del propio Ejecutivo conservador. De hecho, el Ministerio de Economía anunció entonces que intentaría paralizar el impuesto, al considerarlo "contrario a las leyes de la Unión Europea porque suponía una "penalización indiscriminada" a los consumidores de material pornográfico.

Críticas de los actores

El sector de la industria pornográfica también puso el grito en el cielo, entonces y ahora, contra la polémica "pornotasa" de Berlusconi. Tal es el caso del popular actor italiano Rocco Siffredi, quien, en unas declaraciones que publicaba ayer el diario "Corriere della Sera", asegura que el anuncio del impuesto da muestra de lo moralista que es el Gobierno de su país. "No recaudarán nada, lo único que podrán gravar serán los objetos. Ahora los DVD ya no se venden, el sexo se encuentra en Internet (...) Es una vergüenza", apuntó Siffredi.

Su compañera, la ex actriz porno Chiara Zingarelli, también había criticado la medida hace tres años: "Por qué tienen que criminalizar la pornografía como si se tratase del tabaco o el alcohol, que sí que dañan la salud? La pornografía no daña a nadie. Yo diría que es incluso una cosa sana y que, además, enseña muchas cosas a la gente", dijo entonces Zingarelli.