En el primero de ellos, ocurrido en Yalaula, provincia de Diyala, el vehículo, que se encontraba estacionado en el centro de la localidad, estalló al paso de una patrulla policial, de la cual siete policías murieron y otros tres resultaron heridos. En total, provocó quince muertes y más de 20 heridos.

En el primero de los atentados el objetivo era matar al general de la policía, Ferhad Refaat, jefe del jefe del Departamento de Investigación Criminal de este cuerpo en Yalaula, que viajaba en el convoy y que salió ileso del ataque, según informaciones de RTVE, recogidas por otr/press. Como consecuencia de la explosión, los coches que constituían la patrulla resultaron dañados, así como varios edificios del lugar.

En la capital, Bagdad, se registró otro atentado con coche bomba, en el que resultaron muertas 3 personas y otras siete resultaron heridas. Todavía se desconoce la autoría de los atentados, pero todo apunta a que podría tratarse de Al Qaeda, ya que su presencia en la zona de Diyala continúa siendo alta, a pesar de que se ha reducido su actividad en otras zonas del país. Las 18 muertes ocasionadas en estos dos ataques se suman a las doce personas murieron en las dos jornadas anteriores en otros cuatro atentados.