El vicepresidente argentino, Julio Cobos, asestó ayer un duro golpe al Gobierno de Cristina Fernández, al romper el empate que se había registrado en el Senado y votar en contra del proyecto gubernamental de convalidar la subida de impuestos a las exportaciones de granos.

La "sorprendente decisión" de Cobos, quien ratificó que, no obstante, continuará en el cargo, pone en apuros a la presidenta argentina, que ha sufrido un gran desgaste en los cuatro meses de conflicto con el sector agrario y ha visto como su popularidad caía en picado.

Tras más de 17 horas de tenso debate y pese a tener mayoría en el Senado, el oficialismo no logró imponerse en la votación del decreto de incremento de las retenciones a la exportación de granos -detonante del conflicto con el campo- y empató a 36 votos con la oposición y los sectores críticos del peronismo.

De acuerdo con la Constitución, el vicepresidente, también presidente de la Cámara Alta, se vio obligado a desempatar y emitió un voto en contra de la iniciativa gubernamental que justificó por sus "convicciones" y su convencimiento de que es necesario buscar una salida que satisfaga a la sociedad. Su voto contra la iniciativa gubernamental, que había sido aprobada en el Congreso antes de pasar a la Cámara Alta, pone en riesgo su continuidad en el Gobierno.

Cobos pidió a la presidenta que presente una nueva propuesta que recoja las aportaciones expresadas durante el tenso debate en el Senado y lamentó la "división" que el conflicto ha provocado en el país, que se reflejó también en las movilizaciones en las calles de simpatizantes de uno y otro lado.

"Sería increíble pensar que el vicepresidente fuera a votar contra el presidente salvo que lo quiera herir de muerte", dijo el legislador oficialista Miguel Pichetto, quien cargó contra los peronistas que votaron contra la propuesta gubernamental. Pichetto se preguntó: "¿qué ha pasado con esos gobernadores que hace seis meses se peleaban por hacerse una foto con el Gobierno?"

La oposición, por el contrario, vivió ayer un gran triunfo y envió al Gobierno el mensaje de que no tiene un poder absoluto.

Mientras, en las calles, cientos de simpatizantes del oficialismo que esperaban desde el miércoles frente a las puertas del Congreso se disolvieron tras conocer la derrota de la iniciativa oficial.

A pocos kilómetros, los dirigentes de las patronales rurales, que siguieron el debate desde pantallas gigantes, saludaron el revés sufrido por el Gobierno y celebraron su triunfo. El presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, consideró que este resultado permite "construir con esperanza un país federal" y elogió "la valentía y la acción demócrata" del vicepresidente.

Los "cacerolazos" y "bocinazos" que se escucharon en barrios acomodados de Buenos Aires a últimas horas del miércoles contra el Gobierno y a favor de las posturas de los productores agrarios, se repitieron tras conocerse el resultado de la votación.