Según especialistas, aunque el caudal de lava aún es normal, este podría causar un aluvión si el material incandescente derrite la nieve que cubre el volcán de 3.210 metros de altura.

La erupción del Llaima, situado a 76 kilómetros al este de Temuco y a 700 kilómetros de Santiago, en la cordillera de Los Andes, obligó a las autoridades a mantener zonas de exclusión cercanas al volcán, en donde estará prohibido el ingreso, salvo para personal de emergencia y del Ejército.

Las autoridades no descartan la posibilidad de ordenar la evacuación obligatoria, si es que el comportamiento del Llaima se transforma en un peligro para las personas que aún se mantienen en el sector.

Hasta ayer, más de 20 personas abandonaron de manera voluntaria los sectores más cercanos al volcán y hoy 11 trabajadores del refugio de esquí Las Araucarias dejaron la zona.

La preocupación traspasó la frontera, ya que cuatro localidades Argentinas se mantienen con alerta amarilla.

En este sentido, los principales centros de esquí argentinos esperan la confirmación de la Defensa Civil, sobre la dirección que podrían tomar las cenizas que está expulsando el volcán chileno.

Para el Servicio Nacional de Geofísica y Minería, el volcán presenta un fenómeno anómalo, pues su nivel sísmico aún es bajo, panorama que se presenta desde mayo del 2007.