Los enfrentamientos entre israelíes y palestinos volvieron a tener ayer su reflejo, meses después del último ataque, en Jerusalén de una manera bastante atípica. Allí, un palestino a bordo de una excavadora embistió a vehículos y transeúntes sin más motivo aparente que el de provocar víctimas y dejó a su paso al menos cuatro muertos y decenas de heridos. Finalmente, el propio conductor del bulldozer también resulto muerto, abatido por los agentes. Este nuevo suceso se produce en plena tregua entre el Gobierno de Tel Aviv y Hamás en Gaza y supone la enésima traba para que el alto el fuego llegue a buen puerto.

Los hechos sucedieron por la mañana, cuando un palestino procedente de la zona este de Jerusalén provocó el caos en las concurridas calles del área occidental de la capital israelí. El portavoz de la Policía hebrea, Shmuel Ben Ruby, indicó que "un bulldozer conducido por un árabe se volvió loco en la calle Jaffa, golpeando a transeúntes, autobuses y coches". En consecuencia, al menos cuatro personas fallecieron y un total de 22 fueron trasladadas a distintos hospitales de Jerusalén, dos de ellas en estado crítico. Además, otros dieciséis israelíes sufrieron heridas leves.

La Policía persiguió la excavadora, que formaba parte de unas obras para la construcción de un camino, y logró abatir al conductor, en colaboración con un soldado que incluso llegó a subir al vehículo. El conductor de uno de los autobuses que sufrió las embestidas, Assaf Nadav, relató como el bulldozer se dirigió hacia él y, en un primer momento "hubo un golpe pequeño en la parte izquierda". "Abrí la ventana y le dije que mirase por dónde iba", añadió ante los periodistas, "él me miró a los ojos y condujo contra el autobús para luego separarse y volver de ese lado". Preguntado por cómo reaccionaron los pasajeros que en ese momento abarrotaban el autobús, Assaf respondió que "chillar sería una palabra demasiado ligera".

Ningún grupo reclamó inmediatamente la autoría del ataque, pero fuentes israelíes ya vieron en él un nuevo ejemplo de terrorismo palestino, desconocido en Jerusalén desde que un hombre matara a ocho estudiantes en una escuela religiosa el pasado marzo.

El suceso se produce casi dos semanas después de la entrada en vigor de la tregua entre el Ejecutivo de Tel Aviv y Hamás. Israel reabrió ayer los pasos fronterizos con la Franja de Gaza, cerrados un día antes en represalia por el lanzamiento de cohetes de las milicias palestinas.