Corea del Norte, uno de los miembros destacados del "eje del mal" del presidente estadounidense, George W. Bush, abandonará esta 'lista negra' próximamente tras entregar su declaración sobre sus actividades nucleares a la presidencia del grupo de países participantes en las conversaciones a seis bandas.

El país asiático también destruirá mañana la torre de refrigeración de su principal reactor, aunque el inquilino de la Casa Blanca recordó que el fin de este tipo de actividades deberán quedar demostradas de un modo "verificable". El presidente norteamericano amenazó con más sanciones al régimen de Pyongyang si no cumple plenamente sus compromisos.

Corea del Norte entregó, seis meses más tarde de lo inicialmente previsto, su declaración a la presidencia de los seis países que integran las conversaciones: China, Estados Unidos, Japón, Rusia, Corea del Sur y el propio Gobierno norcoreano.

El Ministerio de Exteriores chino confirmó que se realizó la entrega a través del embajador de Pekín en los diálogos, Wu Dawei, que horas antes había indicado en rueda de prensa los planes de Pyongyang de entregar un documento largamente esperado. "Confiamos en que los avances conduzcan a la aplicación de la segunda fase de acciones de una manera completa y equilibrada, y que se alcancen finalmente todos los objetivos del comunicado conjunto del 19 de septiembre de 2005", señaló.

En este sentido, Corea del Norte había aceptado el año pasado abandonar su programa nuclear e informar acerca de sus instalaciones nucleares a cambio de ayudas económicas y asistencia energética. Además, mañana destruirá la torre de refrigeración de su principal reactor nuclear, para demostrar la seriedad de sus gestos. Como prueba, según informaciones de la CNN recogidas por otr/press, Pyongyang permitirá el paso de organizaciones y medios de comunicaciones internacionales que comprueben 'in situ' esta eliminación.

Iniciativa con premio

Wu avanzó en su comparecencia que Estados Unidos cumpliría, una vez confirmados sus avances, con el compromiso de excluir a Corea del Norte de su lista negra de países que apoyan al terrorismo en un plazo de 45 días. Y dicho y hecho, la reacción de Washington no se hizo esperar y llegó en boca de Bush, que confirmó la reducción de la lista del "eje del mal" y el levantamiento de las sanciones impuestas en virtud de la Ley sobre Comercio con el Enemigo. La certificación que permitirá la eliminación de la lista de países conflictivos valora que "el Gobierno de Corea del Norte no ha dado ningún apoyo al terrorismo internacional durante los últimos seis meses" y, además, "ha dado garantías de que no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro".

No obstante, el presidente estadounidense dijo no hacerse "ilusiones con el régimen de Pyongyang", ya que sólo se ha dado "un primer paso de un proceso largo" y persisten las preocupaciones sobre el enriquecimiento y al transparencia informativa. En este sentido, advirtió de que Corea del Norte debe concluir sus actividades nucleares de modo "verificable" o enfrentarse a más restricciones si no cumple plenamente los compromisos adquiridos. Según Bush, "si Corea del Norte continúa haciendo las elecciones correctas, se puede reparar su relación con la comunidad internacional", pero en caso contrario, "Estados Unidos y sus compañeros de las conversaciones a seis bandas responderán en la misma línea".