La muerte de un soldado, de un tiro con su propia arma, en el aeropuerto de Tel Aviv, mientras el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se despedía ayer de las autoridades israelíes causó la alarma entre los servicios de seguridad de ambos países. El disparo sonó a unos doscientos metros del avión que debían tomar Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, por lo que sus guardaespaldas se apresuraron a introducirles en el aparato.

El presidente francés y su mujer resultaron ilesos en el incidente, lo mismo que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, que fue rodeado inmediatamente por agentes de seguridad e introducido en su automóvil. El revuelo fue causado por un policía de fronteras israelí, que, según la organización de voluntarios Zaka, se suicidó, aunque fuentes policiales no descartan que se tratara de un accidente.

Cuando el incidente fue aclarado, los guardaespaldas permitieron a Olmert y al presidente israelí, Simón Peres, subir al avión para despedir a Sarkozy, que ponía así fin a una visita de tres días que transcurrió casi por completo en Israel.

El presidente francés hizo ayer su única incursión en palestina, al desplazarse a la ciudad cisjordana de Belén para entrevistarse con su homólogo palestino, Mahmud Abás.

En la rueda de prensa posterior al encuentro, Sarkozy abogó por el fin de la ocupación israelí de Jerusalén Este, donde los palestinos aspiran a establecer la capital de su futuro Estado, informan medios locales.

"Israel debe garantizar su seguridad por medio de un acuerdo de paz con gente que cree en la paz, como el presidente palestino. Está claro que el mejor camino para la paz es el acuerdo diplomático", dijo el líder francés. Durante el encuentro previo, Sarkozy y Abás firmaron un acuerdo por valor de 13,6 millones de euros para la creación de un parque industrial en Cisjordania.

Por otra parte, dos palestinos murieron ayer tras una ofensiva del Ejército hebreo en el norte de Cisjordania, mientras la Yihad Islámica reivindicó el primer lanzamiento de cohetes desde el alto el fugeo.

Precisamente la interrupción del lanzamiento de proyectiles había sido puesta por el Ejecutivo de Tel Aviv como condición imprescindible para el acuerdo.

Querrella

La Audiencia Nacional estudiará por primera vez una querella criminal presentada contra altos cargos del Ejército israelí para determinar si deben derivarse responsabilidades penales de un bombardeo registrado el 22 de julio de 2002 en Gaza que causó la muerte de 15 personas y heridas a otras 150.

La querella, presentada ayer por seis supervivientes y familiares de las víctimas, solicita a la Audiencia Nacional que investigue si estos hechos pueden ser constitutivos de un delito contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado.