El Partido Laborista israelí, que forma parte de la actual coalición de gobierno, decidió ayer apoyar una medida promovida por su líder y ministro de Defensa, Ehud Barak, destinada a disolver mañana, miércoles, el Parlamento.

La decisión aumenta las presiones sobre el primer ministro israelí, Ehud Olmert, para que dimita tras el último caso de corrupción que se cierne sobre él y por el que es actualmente investigado.

El jefe del Ejecutivo amenazó con destituir a los ministros laboristas si abogaban por que renuncie a su cargo.

Con todo, cinco miembros laboristas no estuvieron presentes ayer en la votación que se produjo en el seno del partido: La ministra de Educación, Yuli Tamir, el titular de Ciencia, Cultura y Deporte, Raleb Majadele, el diputado y ex ministro de Defensa Amir Peretz, y los legisladores Yoram Marciano y Nadia Hilu.

Los partidos de la oposición parlamentaria tienen previsto presentar una moción de censura a Olmert mañana, miércoles, que no obstante deberá ser aprobada en tres lecturas para que el primer ministro se viera obligado a dimitir.

El Partido Laborista insistía hasta ahora en que seguiría siendo socio del actual Ejecutivo a condición de que el partido de Olmert, el Kadima, nombrase un nuevo dirigente para sucederle.

El primer ministro ha sido investigado en al menos cinco casos de corrupción aunque nunca ha sido llevado ante la justicia. En relación al último, Ehud Olmert ha negado haber cometido delito alguno.