El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció ayer las prioridades de la defensa y seguridad de Francia para los próximos 15 años, con menos militares pero mejor equipados, y con el reforzamiento y la modernización de sus capacidades de inteligencia, frente a las nuevas amenazas del mundo globalizado.

Ante más de 3.000 militares y responsables de seguridad reunidos en París, Sarkozy también confirmó su voluntad de que Francia vuelva a la estructura militar integrada de la OTAN en 2009, a excepción del grupo de planes nucleares: el arsenal francés de disuasión nuclear seguirá siendo ``estrictamente nacional´´, dijo.

Al mismo tiempo y tras afirmar que con ese retorno de Francia la OTAN dará ``un mayor lugar a Europa´´, apostó por relanzar la construcción de la defensa europea durante su presidencia semestral de la UE, desde el próximo 1 de julio.

Cinco días después de que Irlanda rechazara el tratado de Lisboa, afirmó que ``sea cual sea el futuro´´ de ese texto quiere que la presidencia gala de la UE sea ``la primera etapa de un verdadero relanzamiento de la defensa europea para los próximos años´´.

La prioridad es construir en Europa, de forma ``pragmática´´, capacidades ``modernas, robustas, flexibles y compatibles´´, dijo Sarkozy, para quien la UE tiene que poder desplegar simultáneamente 60.000 militares en operaciones ``lejanas´´. Para ello, debe acabar con la dispersión de sus esfuerzos y dinamizar su industria de armamento, con cooperaciones y fusiones para crear grupos euro-peos con talla a nivel mundial.

Sarkozy, que ancló claramente la defensa y seguridad de Francia en la UE y la OTAN, justificó la ``histórica´´ reestructuración de las fuerzas armadas francesas en la necesidad de adaptarse a las nuevas amenazas y la ``incertidumbre estratégica´´ del mundo globalizado.

Confirmó que habrá una reducción ``sustancial´´ de los efectivos de las Fuerzas Armadas, que caerán a 225.000 personas en seis o siete años: 131.000 para el Ejercito de Tierra, 50.000 para la Fuerza Aérea y 44.000 para la Marina.