Barack Obama ya ejerce de candidato demócrata. Durante un discurso ante el Comité Americano Israelí, además de prometer un apoyo sin fisuras al Gobierno de Tel Aviv, el senador afroamericano realizó un repaso a Oriente Próximo para prometer una política exterior basada en la "diplomacia fuerte", como autodenominó su postura de agotar los cauces de diálogo. No obstante, "siempre tendré la opción militar en la mesa para defender nuestra seguridad, no se confundan", puntualizó.

Las primeras palabras de su discurso fueron para la comunidad judía. Aludió a sus raíces para ejemplificar la lucha y proponer una intensificación de las relaciones con Israel, bajo un "compromiso inquebrantable" con su seguridad. En este sentido, prometió defender desde la Casa Blanca en todo momento la "ventaja militar" israelí, destinando 30.000 millones en una década y exportando equipos militares. "Siempre voy a estar a favor del derecho de Israel a defenderse, en la ONU y en el mundo", añadió, antes de referirse a la parte palestina.

A su juicio, "el pueblo palestino tiene que entender que el progreso no llegara a través de los falsos profetas del extremismo" y, precisamente en este aspecto, se refirió al papel jugado en la zona por Siria e Irán. Y es que, según Obama, "no hay mayor amenaza que Irán", dado que respalda al extremismo islamista, busca armas nucleares y podría transferir estos poderes tecnológicos a los terroristas.

Su objetivo es "eliminar esta amenaza", que entiende se reavivó con la invasión de Irak.