Los empleados, que protestan ante la operadora Ineos por un problema relacionado con las pensiones, protagonizaron a partir de las 6.00 horas en algunos casos acompañados por sus familias una marcha en el exterior de las instalaciones, que cesaron su actividad por primera vez desde la II Guerra Mundial en la que constituyó, tanto para la operadora como para los sindicatos convocantes, una jornada "triste" para la factoría.

Así, las partes mantienen las diferencias en un contexto en el que el propio primer ministro británico, Gordon Brown, prevé reunirse con el de Escocia, Alex Salmond, quien ya ha reclamado un "acuerdo honroso" después de que las conversaciones mantenidas hasta ahora concluyesen sin acuerdo y mantengan paralizado el oleoducto de Forties, que depende del suministro de la factoría y cuya inactividad podría costar a las arcas públicas unos 65 millones de euros diarios, según Oil and Gas UK.

No obstante, el director general de Ineos, Gordon Grant, ya avanzó que la actual aportación para las pensiones es "insostenible" para la compañía y añadió que Grangemouth precisa de una inversión de unos 1.000 millones de euros para mantener la competitividad. Con todo, consideró que la decisión de materializar la huelga resulta "prematura", puesto que "el período de consulta no ha finalizado", y denunció que "si alguien no está siendo razonable en ese sentido son los sindicatos".

Por su parte, la central Unite defendió por boca de Pat Rafferty la voluntad de los dirigentes sindicales de hablar con la dirección y rechazó como "alarmista" las advertencias de Ineos acerca de que la vuelta a la normalidad en la refinería tras el paro de 48 horas llevará tres semanas. Además, acusó a la dirección de ponerlos "en una esquina" con la postura adoptada: "No nos gusta y eso se ha reflejado con la participación en la huelga".

CARENCIAS

Con todo, en el interior de las instalaciones permanece personal no remunerado para mantener la seguridad durante el paro, que ya ha supuesto carencias en algunas gasolineras de Escocia y ha llevado a una parte de ellas a racionalizar el suministro y a encarecer los precios a otras.

En este contexto, ayer mismo el Gobierno escocés anunció que una remesa de unas 65.000 toneladas de fuel, principalmente diésel, llegará en los próximos días en tanques procedentes de puertos del resto de Europa y que, en su opinión, deberían ser suficientes para diez días. Así, Alex Salmond dio por seguro dificultades en el suministro durante la primera mitad de la próxima semana, mientras Grangemouth permanezca cerrada.

No obstante, por parte del Ejecutivo británico, el titular de Negocios, John Hutton, aseguró que hay suficiente petróleo para "este período y más", siempre que no cambien los hábitos de la población al volante, mientras el primer ministro escocés apeló a la responsabilidad, descartando desplazamientos "innecesarios" y con un recurso mayor del transporte público.