Los aspirantes presidenciales demócratas Hillary Clinton y Barack Obama se enfrentaron ayer en las primarias de Pensilvania, en las que la senadora por Nueva York, favorita en las encuestas, necesitaba una victoria clara para mantener sus esperanzas. La participación en los 1.100 colegios electorales de Pensilvania se desarrollaba a última hora de ayer a buen ritmo.

"Está siendo una avalancha", declaró David Lipson, un supervisor demócrata, en el distrito de Upper Merion Township al periódico "Philadelphia Inquirer". Las últimas encuestas daban a Hillary Clinton como favorita en unos comicios en los que hace seis semanas aventajaba en veinte puntos a su oponente pero que Obama ha reducido a entre cinco y diez.

Clinton, que va por detrás de su rival en los resultados totales tanto en número de votos como en número de delegados comprometidos para la convención de Denver, necesita un triunfo claro en Pensilvania para mantener viva su campaña.

Una victoria por encima de los diez puntos le daría un importante impulso para las nueve primarias restantes y, con él, la posibilidad de convencer a los "súper delegados" (funcionarios y notables del partido que votan en la convención al candidato que prefieren) de que ella es la aspirante con más ventaja para derrotar al candidato republicano, John McCain, en las presidenciales de noviembre.

Por el contrario, una victoria ajustada, o un triunfo por sorpresa de Obama, dejaría al senador por Illinois en una magnífica posición para las siguientes primarias y multiplicaría los llamamientos en el seno del Partido Demócrata para que Clinton retirara su candidatura.

En declaraciones al programa "Today" de la cadena NBC, la ex primera dama aseguró que seguiría con su campaña, pasase lo que pasase en Pensilvania, e insistió en que una victoria siempre es relevante, sea por el margen que sea.

En un tono bélico, la precandidata demócrata advirtió ayer a Teherán de que si ella fuera la presidenta de EE UU podría "destruir totalmente" a Irán en respuesta a un ataque nuclear contra Israel.

Por su parte, Obama admitió que es difícil que logre una victoria en este estado, con una fuerte población de clase media baja y trabajadora que tradicionalmente favorece a Clinton. En declaraciones a la cadena CBS, el senador por Illinois reconoció que "hemos recortado la ventaja de Clinton pero nuestra opinión siempre ha sido que aquí no somos los favoritos. Creo que ella es la gran favorita".

Por su parte, el cineasta estadounidense Michael Moore hizo pública ayer su predilección por Barack Obama como próximo presidente de EE UU, si bien matizó que su apoyo al senador de Illinois se debe a que cree más en el "movimiento Obama" que en el propio candidato. El ganador del Óscar en 2003 por "Bowling for Columbine" elogió al político negro y criticó a Clinton.