Las estrellas del desfile serán los misiles balísticos intercontinentales Tópol-M, el arma más temible del arsenal ruso, y los cohetes táctico-operativos Iskander-M, según la agencia oficial Itar-Tass.

El misil Tópol tiene una ojiva de un megatón de potencia y se desplaza en una plataforma automotriz de siete ejes, 22,7 metros de largo y cien toneladas de peso.

También pasarán por el adoquinado de la Plaza Roja lanzaderas de misiles (Grad, Smerch y Uragán) -empleadas en la guerra de Chechenia-, piezas de artillería automotrices, sistemas de defensa aérea con misiles S-300 y carros de combate pesados T-90.

Además, sobrevolarán a baja altura cazas Su-25, Su-27 y Mig-29, bombarderos estratégicos supersónicos Tu-160 y el gigante An-124 Ruslán, el mayor avión militar de transporte del mundo.

El presidente saliente ruso y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Vladímir Putin, ha decidido reanudar los grandiosos desfiles militares de la era soviética para conmemorar anualmente el aniversario de la victoria en la Gran Guerra Patria, como denominan los rusos a la II Guerra Mundial.

Su sucesor en el Kremlin, Dmitri Medvédev, presidirá por primera vez la parada militar como jefe del Estado, ya que será investido el 7 de mayo.

La última parada militar en la Plaza Roja en la que se exhibió armamento tuvo lugar el 7 de noviembre de 1990, un año antes de la desintegración de la URSS.

Aunque en 1995, con motivo del cincuentenario de la victoria en la II Guerra Mundial, se celebró un gran desfile militar, éste tuvo lugar junto al complejo memorial de Poklónnaya Gorá, en el oeste de Moscú.

La tradición de celebrar paradas militares en la principal plaza del país fue retomada en 1996, pero sin exhibir armamento.