La Policía británica realizó ayer una segunda explosión controlada en Bristol tras la aparición de nuevo material "sospechoso" en el área de Westbury-on-Trym, donde ya en la madrugada del viernes había efectuado una primera detonación horas después de la detención bajo el amparo de la Ley Antiterrorista de un joven británico de 19 años convertido al Islam.

El descubrimiento se produjo en la propia residencia del sospechoso, Andrew Ibrahim, mientras que los 30 vecinos evacuados por motivos de seguridad por la explosión permanecían a última hora de ayer fuera de sus casas, a la espera de poder regresar en algunos de los casos, frente a otros que podrían afrontar una tercera noche fuera.

Así, la Policía informó de que esta segunda detonación, prevista inicialmente para el viernes a primera hora de la noche, hubo de ser pospuesta a la espera de la llegada de sacos de arena para minimizar el impacto de la onda expansiva. En consecuencia, los expertos en desactivación se encargaron de desarrollar, desde su llegada en la mañana de ayer, las gestiones precisas para acometer la segunda explosión.

Este objetivo llevó al traslado de más gente de sus hogares, en torno a medio centenar de personas en total, mientras dure un proceso iniciado con una pequeña detonación a la que seguirá una más fuerte.