Mar Marín / BUENOS AIRES

"Buenos Aires se hace humo, esto es tremendo", comentaba ayer entre sorprendida y angustiada María, vecina del populoso barrio porteño de La Boca, al contemplar la densa cortina de humo que cubre la ciudad y que hace el ambiente irrespirable. Buenos Aires amaneció completamente cubierta por una capa de humo que redujo la visibilidad a unas decenas de metros.

Los vientos del norte han arrastrado hasta la capital el humo producido por la quema masiva de pastos en las islas del delta del Paraná, hasta 70.000 hectáreas, según el Gobierno, con unos 300 focos y frentes de fuego que llegan a los 300 kilómetros. Incendios incontrolables, reconocen las autoridades, en medio de inmensas nubes de humo que dificultan el trabajo de los cuerpos de bomberos.

El humo penetró en viviendas, garajes y hasta en la red de metro, el popular "subte" bonaerense, y obligó a suspender la actividad en varios organismos oficiales de atención al público.

En las calles, muchos han optado por cubrirse la boca con bufandas y pañuelos para paliar la desagradable sensación de respirar humo y atenuar el olor.

"Está toda la ciudad igual, vivo en una casa baja y está llena de humo", se lamenta Aída, vecina del barrio de Almagro.

"Queremos parecernos a Londres", bromea Hugo, portero de un edificio del céntrico Barrio Norte, que ayer no pudo terminar sus tareas porque la humareda se había extendido por el portal y la escalera y le resulta difícil respirar. Más que Londres, Buenos Aires parecía ayer una réplica de Gotham, la ciudad ficticia de Batman, o de la futurista Los Ángeles donde se desarrolla la acción de "Blade Runner". El Gobierno ha declarado emergencia vial y ha cerrado o restringido el tránsito prácticamente en todas las carreteras de acceso a Buenos Aires.