"Mañana, podremos proponer oficialmente a Vladímir Putin que ocupe la presidencia del partido", anunció hoy Borís Grizlov, actual líder de RU, en declaraciones a la prensa antes de la inauguración del IX congreso de esa formación que tiene lugar hoy y mañana.

Con este fin, esa fuerza política introdujo hoy enmiendas en su estatuto que permitirán a Putin encabezar RU sin necesidad de militar en sus filas.

"Ésta no es una cuestión técnica, sino un asunto político de importancia", dijo Grizlov, a la sazón jefe de la Duma o cámara de los diputados de Rusia.

Según las enmiendas, en caso de que Putin acepte la oferta y reciba el apoyo de un mínimo de dos tercios de los delegados, éste se convertiría en el presidente del partido, y Grizlov sería el jefe de la ejecutiva de RU.

Rusia Unida fue fundada en 2001 a iniciativa del propio Putin, que encabezó sus listas en las elecciones parlamentarias de diciembre pasado, para garantizarse el control del Legislativo.

Fuentes del partido matizaron que Putin no asumiría formalmente la dirección de RU hasta que haya cedido el timón del Kremlin a su sucesor, el presidente electo Dmitri Medvédev, el próximo 7 de mayo, cuando éste jurará el cargo.

Éste, a su vez, ha confirmado que propondrá a Putin como primer ministro, candidatura que podría ser aprobada por la Duma al día siguiente de su investidura.

En caso de que se hagan realidad todos esos pronósticos, Putin tendría bajo su control el Gobierno, el partido del Kremlin y, consecuentemente, la Duma, donde los oficialistas cuentan con 315 de los 450 escaños.

De esta forma, Putin garantizaría durante los próximos cuatro años a su sucesor el respaldo de todos esos instrumentos de poder y, al mismo tiempo, podría controlar de cerca su gestión y perpetuar su propio legado.

Por ello, los críticos del Kremlin aducen que, por lo menos al principio, Medvédev será un presidente débil, se limitará a seguir a pies juntillas la política marcada por Putin desde el año 2000 y tardará en dejar su impronta como máximo dirigente ruso.

"Posiblemente, esto signifique el comienzo de un cambio del sistema político. Un paso hacia el advenimiento de un poder normal encarnado por un partido", aseguró Viacheslav Níkonov, presidente de la Fundación "Política".

El analista considera que Rusia es uno de los pocos países donde el presidente no pertenece a ningún partido político.