El único dato, por el momento, es el de la afluencia a las urnas a las 12.00 horas (10.00 GMT), cuando habían votado un 16,35%, lo que representa una bajada de casi un punto respecto al dato a la misma hora en las pasadas elecciones generales, celebradas en 2006.

Los analistas habían advertido de este posible descenso en la participación, debido al casi 30% de indecisos entre los 47 millones de italianos con derecho al voto, y que podían traducirse en su mayoría en abstenciones.

Los electores podrán elegir entre 32 listas, de las que quince presentan un candidato a la jefatura del gobierno, pero sólo dos, el progresista Partido Demócrata de Walter Veltroni y el conservador Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi, se disputan la victoria en estos comicios.

Los principales líderes políticos acudieron a votar durante la mañana y respetaron escrupulosamente el silencio electoral, evitando hacer comentario o hablar con los periodistas.

Berlusconi, a quien los últimos sondeos permitidos, de hace quince días, dan como vencedor por una diferencia de 5 a 8 puntos, llegó solo y sonriente al colegio electoral que le correspondía en Milán, hizo algunas carantoñas a un niño de tres años y se marchó sin abrir boca.

Su adversario, Veltroni votó en Roma acompañado de su mujer, Flavia, y de dos hijas Martina y Vittoria, que aún no puede votar al faltarle unos meses para cumplir 18 años.

El primero en acudir a votar y fue el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, que recibió un aplauso y muestras de cariño por parte de los ciudadanos.

En una jornada tranquila y sin incidentes, sólo destacó el gesto de algunos electores que destruyeron la papeleta para protestar contra la actual clase política, y por lo que fueron denunciados ya que se considera un delito que prevé una condena de hasta un año y seis meses de cárcel.

En Sorrento, en el sur de Italia, un ciudadano tras pedir la papeleta, la hizo trozos y se la comió, explicando que se trataba de un gesto "contra una política que da asco y que está envenenada".

En los colegios electorales se cumplieron con rigidez la nueva medidas de dejar fuera de la cabina electoral teléfonos móviles o cámaras fotográficas para evitar poder demostrar a quien se ha votado, y evitar así la compra de votos.

Los medios de comunicación locales informan que algunas personas han sido denunciadas por olvidar dejar fuera de la cabina electoral sus teléfonos móviles.

Además de las elecciones generales, también hoy y mañana se votará para la elección del presidente de las regiones de Sicilia y Friuli-Venecia Julia, en ocho provincias y en 423 ayuntamientos, entre ellos el de Roma.

A pesar de ello, no se registraron problemas en los colegios electorales, a excepción de algunas colas en Roma, donde los ciudadanos tienen que introducir en las urnas cinco papeletas, dos para elegir Cámara y Senado; otra para la elegir a su representante de municipio; una tercera para la alcaldía, y la última para el presidente de la provincia.