Europa Press / BUENOS AIRES

La antorcha olímpica recorrió 13 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires en una ceremonia que se desarrolló sin incidentes en su marcha hacia los Juegos Olímpicos de Pekín y los únicos contratiempos fueron un brusco descenso de la temperatura y fuertes ráfagas de viento que no llegaron a afectar al fuego.

La última deportista en recibir la llama fue la ex tenista Gabriela Sabatini, quien la llevó hasta el Club Hípico de Palermo, donde se desarrolló la ceremonia de clausura, tras haberse completado el recorrido por las principales avenidas de la ciudad.

En algunos puntos de la ciudad se congregaron miles de personas para asistir al paso de la antorcha, una ceremonia que se realiza por primera vez en la historia en la Argentina. Buenos Aires, después de San Francisco, fue la segunda ciudad americana en recibir el fuego olímpico.

Pese a que grupos defensores de los Derechos Humanos habían anunciado que se realizarían actos para rechazar la marcha de la antorcha olímpica no hubo incidentes. Un grupo de manifestantes realizó un pequeño acto en la zona del Obelisco y algunos activistas arrojaron globos llenos de agua al paso de la antorcha pero no dieron en el banco.

El triple medallista olímpico Carlos Espínola fue quien inició el recorrido de trece kilómetros por las calles de Buenos Aires de la antorcha olímpica.