"Muqtada al Sadr pedirá la opinión de los máximos responsables religiosos chiíes sobre la disolución del 'Ejército del Mahdi', y cumplirá las órdenes (que le den)", remarcó el jeque Hasan al Zarqani en declaraciones a la prensa.

El asistente de Sadr aludía al máximo clérigo chií iraquí, ayatolá Ali Sistani, que reside en Nayaf, donde se encuentra el principal centro teológico chií de Irak.

El anuncio del jefe del "Ejército del Mahdi" se produce pocas horas después de que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, exigiese la disolución de la milicia como condición para permitir a sus seguidores la participación en el proceso político.

"Se decidió ayer que ya no tienen derecho a participar en el proceso político o en las próximas elecciones a menos que acaben con el 'Ejército del Mahdi'", señaló Maliki en una entrevista con la televisión estadounidense "CNN".

Por su parte, el portavoz del Bloque (político) de Sadr, Salah al Obeidi, advirtió de que "cualquier intento que tenga como objetivo impedir que la corriente sadrista participe en el proceso político será considerada como una acción inconstitucional".

En ese contexto, aseguró que el Gobierno no tiene competencia para disolver el "Ejército del Mahdi, ya que -según él- esa decisión esta en manos del organismo que formó la milicia.

Esa agrupación armada, que es el brazo militar del Bloque (político) de Sadr, se resiste a abandonar las armas después de los últimos enfrentamientos entre la milicia y las tropas gubernamentales en la ciudad meridional de Basora, en los que murieron al menos 200 milicianos.

Se desconoce el número de integrantes del "Ejército del Mahdi", aunque según informaciones no oficiales, podría llegar a los 25.000, y están especialmente presentes en las ciudades de mayoría chií del sur del país, y en la barriada de Ciudad Sadr, en el este de Bagdad.

Los "sadristas" cuentan con un bloque propio en el Parlamento iraquí, formado por 30 diputados, y tenían cinco ministros en el Ejecutivo de Maliki, hasta que se retiraron el año pasado por discrepancias con el primer ministro.