Un manifestante interrumpió ayer, con gritos de "dedeberías estar avergonzados", el oficio religioso celebrado en la Abadía de Westminster, en Londres, para recordar los doscientos años de la abolición de la esclavitud.

En presencia de la reina Isabel II y el primer ministro británico, Tony Blair, Toyin Abgetu, de 39 años, se plantó delante del altar para expresar su repudio por el tráfico de esclavos, que se abolió por una ley del 25 de marzo de 1807. "Este es un insulto para nosotros. Quiero que todos los cristianos africanos presentes se marchen de aquí", vociferó Abgetu. El hombre, que dijo formar parte del partido político de africanos británicos "Ligali", fue rodeado por siete guardaespaldas, que lo detuvieron y se lo llevaron fuera del templo, mientras decía a la Reina que "pidiera perdón por el trato que sus antepasados dieron a los esclavos".