Los cuatro agentes murieron en el acto, mientras que dos civiles resultaron heridos en el tiroteo, que se produjo en la zona de Rashakai, a unos 10 kilómetros de la localidad de Khar Bazaar, en el distrito de Bajaur (oeste de Pakistán).

El pasado lunes, las tribus del distrito, en el que hay una presencia notable de miembros de Al Qaeda, se comprometieron con el Ejército paquistaní a no proporcionar cobijo a los insurgentes extranjeros.

Las fuerzas de seguridad que investigan el ataque se inclinan por la hipótesis de que la operación intente sabotear el acuerdo del lunes, comentó a Efe el portavoz militar del Ejército, el general Wahid Arshad.

Según Arshad, los líderes tribales dejaron claro que no tuvieron nada que ver con el ataque, perpetrado, según ellos, para destruir los vínculos entre las tribus y las autoridades militares.

Bajaur es el más septentrional de los siete distritos tribales de Pakistán, situados en el noroeste del país, y limita con la región afgana de Kunar, en la que las tropas estadounidenses combaten contra los talibanes.

El acuerdo entre las tribus y el Ejército se alcanzó el lunes, sólo una semana después de los violentos enfrentamientos registrados entre la población local y grupos de insurgentes uzbecos, ligados a Al-Qaeda, en el territorio, que causaron más de 120 muertos.

La tensión entre las tribus locales y los uzbecos, que entraron en Pakistán a raíz de la invasión de Afganistán por las tropas occidentales, se remonta a septiembre de 2006, cuando el Gobierno paquistaní firmó un acuerdo con los jefes tribales.

En virtud de ese pacto, Pakistán aceptó que los combatientes extranjeros de la región, incluidos los más buscados, salieran de la zona o que permanecieran en ella una vez garantizada su buena conducta, y los líderes tribales se comprometieron a no permitir que nadie usara el territorio para lanzar ataques contra Afganistán.