El primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, endureció ayer el tono ante Irán y amenazó con pasar a una "nueva fase" si fracasa la vía diplomática para liberar a los quince militares británicos retenidos por Teherán desde el pasado día 23.

"Nuestra principal preocupación es su bienestar (la de los militares) y que se les deje en libertad tan pronto como sea posible", afirmó Blair en declaraciones hechas a la cadena GMTV.

"Lo que estamos intentando, de momento, es abordar esto por los canales diplomáticos y hacer que el Gobierno iraní entienda que esta gente debe ser liberada y que no hay justificación alguna para retenerlos", insistió el primer ministro.

"Espero -prosiguió- que (Irán) se dé cuenta de que tiene que ponerlos en libertad. Si no, entonces pasaremos a una nueva fase".

Preguntado sobre el significado de esa "nueva fase", el jefe de Gobierno laborista respondió: "Bueno, habrá que verlo (...)". Poco después, el portavoz oficial del primer ministro aclaró que Blair se refería a una "manera diferente" de abordar el conflicto y a una actitud "más explícita" por parte del Ejecutivo de Londres.

Desde Ankara, la ministra británica de Asuntos Exteriores, Margaret Beckett, calificó de "desafortunada y difícil" la situación entre Londres y Teherán, y presionó para que diplomáticos del Reino Unido puedan tener "acceso consular" a los cautivos.

Asimismo, Beckett manifestó su deseo de que la crisis se resuelva "de forma rápida y pacífica", pues "está en interés de todos".

Los quince militares, ocho marinos y siete infantes de Marina, fueron capturados el 23 de marzo por la fuerza naval iraní mientras patrullaban aparentemente en aguas iraquíes del Golfo Pérsico, aunque Teherán acusa a los uniformados de invadir su territorio.

Sin embargo, Blair subrayó ayer que los quince efectivos de la "Royal Navy" (Armada británica) navegaban por "aguas iraquíes bajo mandato de la ONU, patrullando de forma correcta y de acuerdo con ese mandato".

Además, el Gobierno británico reveló ayer que podría divulgar pruebas con el fin de demostrar que los militares, integrantes de la fragata "HMS Cornwall" y entre los que figura una mujer, no se adentraron en aguas iraníes.

El primer ministro también fue preguntado si el apresamiento de los británicos se había producido en respuesta a la detención en Irak, a comienzos de año, de cinco "guardianes de la revolución de Irán" por parte de tropas de EE UU, que aún retiene a esos iraníes. El mandatario laborista contestó que "las dos situaciones son completamente distintas".

Por otra parte, los familiares de Faye Turney, la marine detenida junto a los otros 14 militares británicos, hablaron ayer de las dificultades que están sufriendo desde su captura. "Agradecemos todos el apoyo del pesonal implicado, pero pedimos que se respete nuestra privacidad", afirmaron.