Según los acuerdos de Saint Andrews, rubricados por Londres y Dublín el pasado octubre en Escocia, si para este lunes 26 de marzo los unionistas y los republicanos no lograban alcanzar un pacto de gobernabilidad, Westminster podía suspender indefinidamente la Asamblea norirlandesa y suprimir los salarios de sus miembros. Sin embargo, los acuerdos alcanzados en la madrugada de hoy obligan a Londres a introducir una ley de emergencia en la Cámara de los Comunes para frenar el proceso y oficializar la fecha en la que el Ejecutivo de Irlanda del Norte comenzará a funcionar.

"Nuestro objetivo ha sido ver la que la autonomía vuelva en un contexto en el que podamos hacer que haya mejoras reales en nuestras vidas y en las de todas las personas que viven en esta parte de Reino Unido", aseveró el reverendo presbiteriano durante la rueda de prensa que ofreció junto a Gerry Adams. Es la primera vez que ambos líderes se ven las caras, pues, hasta el momento, todas las negociaciones para la formación de un Gobierno de unidad se han mantenido a través de negociadores e intermediarios.

"No debemos permitir que las tragedias del pasado se conviertan en una barrera para que haya un futuro estable para nuestros hijos", aseveró Ian Paisley, que consideró que "nunca hay que olvidar a los que han sufrido en este largo periodo". "Les debemos a ellos el poder construir el mejor futuro posible y aseguramos de que no son olvidados" en la construcción de un futuro en paz, agregó el reverendo presbiteriano. Por su parte, Adams comenzó subrayando que el Sinn Fein "quiere construir una nueva relación con todos los partidos".

EL COMIENZO DE UNA NUEVA ERA

Aunque insitió que todavía existen "retos y dificultades", Adams consideró que "el acuerdo alcanzado entre el Sinn Fein y el DUP, incluyen el inequívoco compromiso realizado por el ejecutivo de su partido y reiterado hoy, sobre la restauración de las instituciones políticas el 8 de mayo, marca el comienzo de una nueva era para la política de esta isla". El acuerdo llega después de que Paisley se comprometiera a firmar un acuerdo, aunque solicitaba a Londres seis semanas de margen para hacerlo, lo que fue rechazado desde Westminster.

El acuerdo fue recibido con alegría en Londres. "Hoy comienza un nuevo futuro para Irlanda del Norte", remachó el ministro británico para el Ulster, Peter Hain, que consideró el acuerdo una victoria "del poder de la política sobre la intolerancia, la amargura y el horror". Por su parte, el primer ministro británico habló de "un día muy importante para Irlanda del Norte", pues "todo lo que hemos hecho en los últimos diez años ha sido una preparación para este momento". "Esto no es para que los nacionalistas o unionistas sean menos nacionalistas o unionistas, sino para que la gente pueda respetar la opinión de cada uno compartiendo el poder", añadió.