El Parlamento palestino aprobó ayer, a mano alzada y casi por unanimidad, el gobierno de unidad nacional pactado por los nacionalista de Al Fatah y los islamistas de Hamás para superar tensiones internas y recobrar la confianza de la comunidad internacional.

El gabinete fue aprobado con el voto de 84 de los 87 diputados presentes en una sesión extraordinaria celebrada simultáneamente y mediante vídeo-conferencia en Ramala (Cisjordania) y en la ciudad de Gaza, pues Israel prohíbe la libre circulación de algunos legisladores.

Antes de la votación, el presidente palestino, Mahmud Abás, de Al Fatah, y el primer ministro Ismail Haniye, de Hamás, que acudieron a la sede de Gaza juntos y mostrando sus manos unidas, defendieron el gobierno de unidad que sustituirá al del Movimiento de Resistencia Islámica objeto de un boicot internacional.

Abás empezó su discurso apelando al "mundo a levantar el embargo". Y señaló que "este matrimonio de unidad nacional ha recibido una bienvenida árabe e internacional que esperamos se transforme en medidas políticas para acabar con el sitio".

El gobierno saliente que lideró Haniye fue objeto, desde su formación hace casi un año, de un boicot político y económico por no aceptar las condiciones del Cuarteto para Oriente Medio: reconocer a Israel y los acuerdos con ese país y renunciar a la violencia.

El nuevo gobierno, en cambio, ha sido acogido con cierta benevolencia por gran parte de los socios internacionales; varios países europeos lo han calificado de paso en la buena dirección y algunos han señalado su intención de tratar con los ministros que no sean de Hamás.

Incluso Washington se ha declarado dispuesto a tratar con el ministro de Finanzas, Salam Fayad, del Partido de la Tercera Vía.

Abás señaló, ante el Parlamento, que espera que los países árabes ayuden a convencer al resto de la comunidad internacional y ayer Egipto pidió el levantamiento del boicot.

Las palabras pronunciadas ayer ante el Parlamento por Haniye indican cierta disposición a cumplir con el Cuarteto. El gabinete, dijo, se esforzará ante todo por "establecer un estado independiente dentro de las fronteras anteriores a la ocupación israelí de 1967".

De esta manera expresó un reconocimiento implícito de Israel, al no reclamar territorios perdidos antes de la guerra de 1967.

Asimismo, reafirmó que el nuevo ejecutivo "respetará... los acuerdos firmados por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)", de la que no forma parte Hamás, lo que supone otro reconocimiento implícito de Israel.

En los discursos tanto Abás como Haniye hablaron también mucho de la importancia de Jerusalén que será, dijo el presidente, la "joya de la corona de cualquier acuerdo de paz".