La muerte de un soldado británico en Irak en 2003 por "fuego amigo" estadounidense fue "ilegal" y supuso un "acto delictivo", concluyó ayer un juez de instrucción, cuyo dictamen se conoció tras una campaña de su viuda para esclarecer la tragedia.

El magistrado Andrew Walker, del distrito del condado de Oxfordshire (sur de Inglaterra), afirmó que la muerte del soldado Matty Hull, ocurrida en el sur de Irak el 28 de marzo de 2003, pudo haberse evitado al tiempo que criticó a las autoridades de Estados Unidos por la falta de cooperación en la pesquisa judicial.

"Creo que todos los hechos no han salido a la luz. Fue ilegal, porque no había razón legal para ello y en ese sentido fue delictivo", subrayó el juez.

La viuda del militar, Susan, manifestó su alivio por el dictamen, pero expresó su decepción por la falta de colaboración de EE UU.

Por su parte, el Ministerio británico de Defensa se disculpó por el retraso en conseguir la entrega de un vídeo sobre el incidente, considerado esencial para la investigación.