Pakistán pierde una generación entera en las zonas más dañadas por el terremoto

Javier Martín (Efe) / islamabad

El hambre y el frío son ahora las dos grandes amenazas que acechan a los paquistaníes damnificados por el devastador seísmo que sacudió el pasado ábado el norte del país y segó la vida de decenas miles de personas, gran parte de ellas niños.

El pueblo llora con desesperanza y rabia la pérdida de toda una generación futura, mientras el Gobierno estudia qué hacer con los desplazados que vagan por las carreteras y caminos, aún bloqueados por los corrimientos de tierras y las lluvias.

"Se ha perdido una generación en las zonas más dañadas y entre los más afectados se encuentran los niños", aseguró ayer el portavoz de las Fuerzas Armadas, general Shaukat Sultán.

Según el Ejército paquistaní, no existe una sola familia que no haya sufrido una pérdida humana ni una casa que no haya tenido daños en Muzzaffarabad, capital de la zona de Cachemira administrada por Islamabad, donde se calcula que han muerto 11.000 de sus 90.000 habitantes.

Muchas de las víctimas eran niños que estaban en la escuela a la hora en que se produjo el terremoto, y, según el portavoz de las Fuerzas Armadas, "nadie ha reclamado sus cuerpos, lo que muestra que sus padres también están muertos".

No obstante, la situación en Muzzaffarabad como en otras ciudades del norte del país es todavía una gran incógnita, ya que la ayuda humanitaria ha llegado con cuentagotas a esta agreste región epicentro de la tragedia. Diversas fuentes han informado de que las casas han sido saqueadas y que algunos camiones han sido asaltados por la población, que desde el sábado vive a la intemperie, expuesta a los primeros fríos.

La organización no gubernamental Oxfam señaló que, "además de los refugios, tenemos una especial preocupación por el suministro de agua (...)".

Aunque las cifras oficiales de víctimas aún hablan de unas 20.000 personas muertas, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) calcula que llegarán a superar las 40.000, la mayoría de ellas niños.

Rescate

Por otra parte, soldados paquistaníes ayudados por expertos franceses rescataron ayer a 40 niños y recuperaron 60 cadáveres de entre los escombros de un colegio que se derrumbó como consecuencia del terremoto, , informaron una cadena televisiva paquistaní y un portavoz militar.

Estos niños forman parte de unos 370 estudiantes que quedaron atrapados entre los escombros del colegio de la Fundación Shaheen en Balakot, una pintoresca ciudad en el noroeste de Pakistán que fue severamente sacudida por el seísmo. La cadena televisiva privada paquistaní Geo afirmó que 40 niños fueron rescatados.

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