Funcionarios del Gobierno, expertos y líderes religiosos estadounidenses han condenado la incitación del predicador evangélico Pat Robertson a asesinar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, un duro crítico de Estados Unidos.

Sin embargo, 24 horas después de que el fundador de Coalición Cristiana, un grupo religioso de ultraderecha, señalase el lunes que Chávez es un "peligro terrorífico" para Estados Unidos, la Casa Blanca no había emitido una condena a los comentarios de Robertson. Quienes sí lo hicieron fueron el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack.

En una referencia a Irak y a la intervención militar para derrocar al gobernante iraquí Sadam Husein, Robertson dijo que "no necesitamos otra guerra de 200.000 millones de dólares para deshacernos de un dictador". "Los ciudadanos privados dicen ese tipo de cosas todo el tiempo", añadió Rumsfeld al restar importancia a Robertson.