Los siete tripulantes del batiscafo ruso rescatado el domingo tras pasar más de 3 días varado en las profundidades del océano Pacífico escribieron cartas póstumas a sus familias y racionaron hasta el extremo sus reservas de pan y agua.

Las esposas de los tripulantes del sumergible AS-28 leyeron ayer las cartas y decidieron guardarlas de recuerdo, informaron fuentes del hospital donde se encuentran los marineros.

Los tripulantes del batiscafo escribieron las cartas el jueves, pocas horas después de quedar enganchados a la red de cables submarinos de vigilancia costera que intentaban reparar a unos 100 kilómetros de la costa de la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia.

Debido a la falta de provisiones, los marineros se vieron obligados a beber entre tres y cuatro tragos de agua al día, y comer unas pocas migas de pan seco.

Con el propósito de ahorrar energía y oxígeno, los tripulantes se mantuvieron acostados en el suelo a una temperatura de unos cinco grados centígrados.