Equipos de salvamento preparaban ayer a contrarreloj el rescate de los siete tripulantes del batiscafo militar ruso AS-28, atrapado desde el pasado jueves en las aguas del océano Pacífico a 190 metros de profundidad.

El comandante en jefe de la Flota rusa del Pacífico, almirante Víctor Fiódorov, afirmó ayer que las reservas de aire en el batiscafo alcanzarán hasta las 01.00 horas GMT de mañana, aunque anteriormente se había fijado plazos menores

"Según los últimos cálculos de los especialistas y a partir de la información que ha proporcionado la tripulación, podemos afirmar que las reservas de aire en el batiscafo alcanzarán hasta las 14.00 horas (hora local) del 8 de agosto", dijo Fiódorov, citado por la agencia rusa Interfax.

La diferencia horaria entre la zona donde se encuentra varado el batiscafo es de más 13 horas respecto de la GMT. El almirante indicó que los tripulantes del batiscafo "se sienten bien" y aseguró que se trata de "gente altamente profesional".

Fiódorov anunció asimismo que los socorristas británicos y estadounidenses que llegaron en ayuda de los equipos de rescate de la Flota del Pacifico comenzarán a trabajar en la zona del naufragio a partir de las 20.00 horas GMT de ayer.

En principal escollo a vencer son las dos anclas de 60 toneladas que sujetan la antena submarina de vigilancia costera en la que quedó atrapado el batiscafo en la bahía Beriózovaya, a unos 75 kilómetros al sur del puerto Petro-Pávlovsk de Kamchatka, en el extremo oriente de Rusia.

Para ello, el mando de la Armada tomó la decisión de volar o cortar los cables de anclaje para elevar el batiscafo de los 190 metros de profundidad en que se encuentra hasta los 60 metros, donde ya pueden trabajar los buzos.

La temperatura a bordo del sumergible es de entre 5 y 7 grados centígrados, pero los trajes térmicos que visten los tripulantes les permiten soportar el frío, declaró el capitán de navío y portavoz de la Armada rusa, Igor Digalo.