El Ejército de Estados Unidos emprendió una ofensiva contra el noroeste de Irak, cerca de la frontera siria, la misma semana en que perdió 27 soldados en Hadiza y otros bastiones rebeldes de la provincia de Al Anbar, bastión de la insurgencia.

El mando militar en Bagdad comunicó que alrededor de un millar de uniformados, en su mayoría miembros del cuerpo de marines secundados por fuerzas iraquíes, participan en esta nueva operación, denominada "Golpe Rápido".

La ofensiva arrancó la noche del miércoles, el mismo día en que 14 marines perdían la vida en un atentado con bomba perpetrado cerca de Hadiza, en uno de los peores ataques sufridos por el Ejército de EE UU desde que en marzo de 2003 comenzara la invasión y posterior ocupación del Irak.

Además de Hadiza, el radio de acción de "Golpe Rápido" alcanza las ciudades de Haqlaniyah y Parwana, está última ubicada a unos 180 kilómetros al noroeste de Bagdad, y las localidades situadas a lo largo de la frondosa ribera de palmerales del Eufrates a su entrada desde Siria.

Ayer, cazabombarderos estadounidenses destruyeron una estación de control meteorológico en la propia Hadiza y arrasaron la vivienda de un supuesto líder insurgente conocido como Hosan Haful. Según la cadena de televisión iraquí Al-Sharquiya, el ataque no causó víctimas porque a esa hora el edificio estaba desocupado.

Habitantes de la ciudad citados por el canal iraquí se quejaron, asimismo, de que los aparatos estadounidenses destruyeron una de las escuelas de la ciudad y redujeron a escombros uno de los puentes de acceso a la población.

En Haqlaniyah, unidades de las fuerzas especiales norteamericanas aprovecharon el asedio del Ejército para desplegarse por las calles y perseguir a los insurgentes casa por casa.

La nueva ofensiva en Irak tiene lugar en un momento crítico para el Ejército norteamericano, testigo día a día de cómo aumenta el número de bajas en la provincia de Al-Anbar.