Más que rememorar épocas más o menos pretéritas, de querer emular a equipos para el recuerdo, los cuatro supervivientes, Francia, Bélgica, Croacia e Inglaterra, quieren plasmar sobre el césped de los coliseos de Moscú y San Petersburgo su propio relato.

La competición, caprichosa casi siempre, y en esta oportunidad plena de emoción más que de calidad, deja para la resolución del torneo a dos equipos que han sido campeones mundiales en una ocasión, franceses e ingleses, contra dos que ya han igualado su mejor prestación.

Francia e Inglaterra se coronaron como anfitriones en 1998 y en 1966 ante los dos equipos que dominan el historial de la Copa del Mundo, Brasil y Alemania.

Bélgica llegó a la semifinal en México 1986 pero se topó con el gran Diego Armando Maradona y Croacia con la Francia de Zinedine Zidane, aunque en su semifinal su verdugo fue inesperado, Lilian Thuram, con sus dos goles.

Son momentos que permanecen imborrables en la memoria de los cuatro países, de los que emergen nombres escritos con letras de oro en los libros del fútbol mundial.

La más experta en estas lides es, curiosamente, el equipo más joven de los supervivientes en Rusia, la selección francesa, un equipo con muchas posibilidades que ha progresado de la mano del vértigo del casi imberbe Kylyan Mbappe, de la aportación regular de Antoine Griezmann, del trabajo infatigable en la medular de los Ngolo Kante, Paul Pogba y Blaise Matuidi y de la concentración bajo los palos del meta Hugo Lloris.

El juego del conjunto de Didier Deschamps, sin ser brillante, ha sido efectivo, que le ha dado para superar la fase de grupos con solvencia y dejar en la cuneta a la Argentina de Leo Messi y a la Uruguay de Suárez y Cavani.

Francia, de retorno a una semifinal doce años después, reta a Bélgica, el equipo que, en líneas generales, ha dado mejores sensaciones, aunque también tuvo que sufrir lo indecible para progresar en octavos, cuando Japón se situó con un 0-2 en el segundo periodo.

Bajo el mando del técnico español Roberto Martínez, Bélgica está en disposición de confirmar lo que se llevaba tiempo esperando de un grupo de jugadores con grandes posibilidades, el auténtico salto de calidad hacia la cima mundial.

En precedentes torneos jugadores como Eden Hazard, Kevin de Bruyne o Romelu Lukaku habían quedado varados antes de alcanzar cotas esperadas. En Rusia 2018 parecen haber atesorado la experiencia necesaria y la batuta medida de 'Bob' Martínez para explotar por fin.

Bélgica, máxima anotadora del torneo, ha demostrado su enorme potencial hacia adelante, pero también su capacidad de sacrificio para minimizar las virtudes del rival y defender con todo, como le ocurrió ante Brasil en los cuartos de final.

El estadio de San Petersburgo dictará sentencia este martes y definirá si los que dan el paso adelante, por primera vez en la historia, son estos diabólicos 'diablos rojos'.

Para el miércoles, en el estadio Luzhniki de Moscú, que será escenario también de la gran final queda reservada la segunda semifinal entre Croacia e Inglaterra.

Será mucho más que un duelo entre las dos grandes figuras de ambas selecciones, Luka Modric y Harry Kane. También balcánicos e ingleses han resaltado, por encima de las individualidades, el valor del colectivo.

Sufrir han sufrido los dos equipos, aunque algo más Croacia, que ha necesitado los penaltis para desembarazarse en octavos de Dinamarca y en cuartos de la anfitriona Rusia, mientras que Inglaterra precisó de la tanda de penas máximas 'tan solo' frente a Colombia, porque a Suecia en cuartos la superó sin grandes apuros.

"Podemos crear nuestra propia historia", resumió Jordan Pickford, guardameta de Inglaterra que se ha convertido en una de las revelaciones de la competición, como algunos de sus compañeros. Kane es la punta de lanza, el estilete, pero el bloque prima por encima de todo en el esquema de Gareth Southgate.

La andadura de Croacia resume un tanto la historia del país. Sufrir para alcanzar el objetivo. De nuevo la escuadra balcánica depositará buena parte de su suerte en las botas de sus estandartes en la medular, Modric y Rakitic. Si son capaces de hacerse dueño del tempo del partido y superar a Jordan Henderson y sus escuderos en el equipo de los 'tres leones' el cuadro ajedrezado tendrá mucho ganado. La historia espera.