Un gol en la última acción del partido de Nacer Chadli, que había salido en la segunda parte, consumó la épica remontada de Bélgica ante Japón, que llegó a tener dos goles de ventaja al inicio de la segunda parte. La última jugada, una perfecta contra de manual conducida por Kevin De Bruyne, Eden Hazard y Thomas Meunier, autor del pase definitivo, situó a Bélgica por tercera vez en su historia en los cuartos de un Mundial

El equipo de Roberto Martínez, que se verá en cuartos con Brasil, y que reaccionó a tiempo, frustró a Japón. El conjunto nipón, que jugó un encuentro épico, difícilmente tendrá tan cerca hacer historia.

Japón incomodó la puesta en escena a Bélgica y un mal despeje de Vincent Kompany fue recogido por Kagawa, que disparó fuera.

Bélgica tomó el balón y la iniciativa en los mejores momentos de Dries Mertens, que intervino en cada acción del ataque de los diablos rojos. Romelu Lukaku tuvo un par de intentos. Nada limpios. Interrumpidos casi siempre por un defensa japonés. Bélgica no estaba bien. Estaba al acecho Japón y en un latigazo marcó. Fue tras el arranque del segundo acto. Un buen centro dejó en evidencia a Jan Vertonghen que no pudo evitar que el balón llegara a Genki Haraguchi y cruzara la pelota a Courtois.

Bélgica se descompuso. Pudo empatar con una respuesta de orgullo de Hazard que se estrelló en el palo. Pero fue Japón el que volvió a golpear con un golazo del bético Unui. Paró el balón, miró a Courtais sin que nadie le amenazara y soltó un latigazo que superó al portero del Chelsea. A falta de 38 minutos los diablos rojos tenían dos goles de desventaja.

Lukaku estuvo cerca de marcar al rematar de cabeza un centro de Hazard a la hora de juego, justo antes de que Martínez pretendiera un golpe de timón con un doble cambio. Fellaini y Chadli, claves en la remontada, belga, sustituyeron a la vez a Mertens y Carrasco.

El equipo de Roberto Martínez acortó distancias en una jugada que delató las carencias niponas. Una mala salida de Kawashima, un despeje al tuntún y un centro de cabeza de Vertonghen que se cuela en la portería.

El gol espoleó definitivamente a Bélgica, que con poco estaba de vuelta al partido. Hazard apareció. Asumió el reto. Puso el balón en la cabeza de Fellaini, que empató a falta de un cuarto de hora del cierre.

Elji Kawashima evitó que Bélgica lograra la remontada con tres intervenciones salvadoras pero no la del final. Un contraataque de manual que echó por tierra las esperanzas niponas y llevó a Bélgica con Brasil en cuartos de final.