Iago Aspas llegó a tiempo de salvar a la selección española. El delantero del Celta marcó en los últimos minutos del partido el gol que significó el empate ante Marruecos y que le ha valido a los de Hierro finalizar como primeros de grupo y enfrentarse el domingo a Rusia en los octavos de final.

El concurso del moañés fue extraordinario. Una ocasión necesitó. Nada más. Entró en el campo a quince minutos del final, con el equipo seriamente tocado. Marruecos marcó el 1-2 y todo parecía perdido. Pero justo en ese momento, cuando se quedó como único punta al entrar por Diego Costa, Aspas aprovechó un centro desde la derecha para rematar con la espuela y hacer inútil el esfuerzo de Munir por atajar el balón.

Es el sexto gol de Aspas en doce partidos con la selección. Nadie tiene su capacidad para sacar rendimiento a los pocos minutos que se le dan. Hoy, cuando todo parecía perdido y España no encontraba soluciones, Hierro le concedió unos minutos y el céltico demostró que se ha ganado el derecho a tener más protagonismo en el equipo. Ahora se supone que el técnico no tendrá más remedio que concederle más tiempo.