Helder Batista, lo ha conseguido. El lunes llegó a Moscú, después de 45 días pedaleando más de 5.000 kilómetros por toda Europa. Cansado, pero feliz, este ciclista portugués ha llegado a tiempo para apoyar a su equipo nacional en el Mundial de Rusia. Quería llegar antes del partido entre Portugal y Marruecos, que se juega el miércoles 20, y ha logrado cumplir el objetivo. Desde el 6 de mayo que partió de Alenquer, al norte de Lisboa, la fuerza mental fue más necesaria que la fuerza físcia para recorrer tantos kilómetros, asegura el ciclista.

Por el fútbol y por ayudar a una asociación contra el cáncer infantil, dejó atrás a su familia y amigos y cogió una tienda de campaña, un saco de dormir y mucha ropa de invierno. Cuenta como se enfrentó a las tormentas en Alemania y a las incómodas moscas y sus marcas que le dejaban durante su ruta. Ahora está descansando en la capital rusa, pero pronto alcanzará su meta final, llegar a la base del equipo portugués en Kratovo.