Dieciocho años después de la muerte de su hija Deborah, Rosa Neira declaró por primera vez en la causa judicial. La sala de Tui que investiga el caso, que en uno de sus últimos autos dejó abierta la posibilidad de un asesinato, citó a la madre de la joven viguesa para relatar lo ocurrido en los días previos a la desaparición de la joven así como los diez restantes hasta el hallazgo de su cadáver en una cuneta de O Rosal, escenario camuflado entre pistas falsas.