La pandemia del coronavirus trajo importantes cambios en nuestra vida. Las restricciones para evitar contagios dieron un giro a muchas actividades cotidianas. Desde la forma en la que reuníamos en los bares hasta la manera en la que revisamos nuestro vehículo.

En los últimos dos años, la ITV modifico por completo su mecanismos de revisión y la entrada en el vehículo quedó prohibida para los trabajadores. Pero las cosas empiezan a volver a la normalidad y la inspección Técnica de Vehículos (ITV) también se ha puesto manos a la obra porque a partir del 1 de julio se eliminaron las restricciones impuestas en el proceso de inspección técnica.

Las restricciones tenían que ver principalmente con la comprobación del correcto estado del troquelado del bastidor y con la comprobación de la centralita electrónica del vehículo. Estos dos procesos requerían la entrada al interior del vehículo que habría desaparecido durante estos meses.

La primera de ellas hace referencia al número de bastidor o VIN que es una combinación de 17 dígitos alfanuméricos que sirven para identificar correctamente a los coches europeos. Este sistema está situado en el salpicadero del vehículo, en la luna delantera, en el chasis. Además, el código coincide con el número de la documentación y en la ITV se comprobará su existencia o si goza de un estado correcto.

La segunda medida que volverá a estar vigente es la comprobación y eficacia del sistema OBD que es el que permite la conexión con un ordenador externo a la centralita. Con ello, se identifican los errores o modificaciones no autorizadas en la centralita electrónica del control del vehículo.