Si estabas ahorrando para comprar un Bugati Chiron Super Sport 300+, siento decirte que llegas tarde, puesto que la firma francesa ha vendido la última unidad de las 30 que construyó de este modelo conmemorativo del récord de velocidad máxima de 304,773 mph que alcanzó en 2019.

Cuando el Chiron Super Sport 300+, pilotado por el piloto oficial de de Bugatti Andy Wallace rompió la barrera de las 300 mph en 2019, este coche alcanzó un lugar privilegiado en la historia. Por ello, durante la celebración del 110º aniversario de la firma de lujo francesa, la empresa se comprometió a construir 30 ejemplares del coche que batió el récord para los clientes, el último de los cuales ha ido a parar a su casa particular. Estos se distinguen principalmente por su carrocería de fibra de carbono expuesta y los detalles en color Jet Orange.

Christophe Piochon, Presidente de Bugatti Automobiles, dijo: "En la larga historia de Bugatti, hay vehículos que llegan a definir su época. El Type 35 transformó el automovilismo, el Type 41 Royale redefinió la opulencia, el Type 57 SC estableció nuevos estándares de diseño, y ahora está el Chiron Super Sport 300+, que alcanza velocidades que durante mucho tiempo se consideraron imposibles en un coche de producción. Sus logros le han asegurado un estatus legendario en los libros de historia de Bugatti, y estamos encantados de haber visto los 30 ejemplares del Chiron Super Sport 300+ entregados a algunos de nuestros clientes más apasionados".

Para alcanzar los 490,484 km/h, el Chiron Super Sport 300+ tuvo que superar al propio Chiron original en términos de potencia y aerodinámica. Una versión rediseñada del legendario motor W16 de 8.0 litros elevaba la potencia en 100 CV, hasta alcanzar los 1.600 CV. A su vez, se diseñó un nuevo sistema de gestión térmica para el motor y la caja de cambios del hiperdeportivo, además de perfeccionar el software que gobierna el propulsor, la caja de cambios, la cadena cinemática y los turbocompresores.

Pero no sólo se trata de potencia, ya que sin estabilidad hubiese sido imposible lograr el récord. Sin perjudicar las proporciones y la belleza intemporal del Chiron original, el Super Sport 300+ incorpora una ‘cola larga’ que prolonga el coche unos 25 cm. Esto permite que el flujo de aire pase por encima de la carrocería durante más tiempo, reduciendo así la pérdida aerodinámica en más de un 40%. Las cortinas de aire que adornan las esquinas delanteras dispersan el exceso de presión de aire hacia los laterales del coche. Al mismo tiempo, las salidas de aire situadas en los pasos de rueda y detrás de las ruedas delanteras alejan el exceso de presión de cada paso de rueda, reduciendo la resistencia aerodinámica y produciendo una pequeña elevación negativa.

El uso de la fibra de carbono expuesta en el Chiron Super Sport 300+ se extiende a la cubierta del motor, e incluso al limpiaparabrisas, contribuyendo a un ahorro de peso crucial que ayuda a este hiperdeportivo a superar los límites del rendimiento. Toques sutiles, como el logotipo ‘Macaron’ de Bugatti hecho de plata genuina y esmalte negro, contribuyen a la sensación de exclusividad. Las llantas de aleación de magnesio, extremadamente ligeras y resistentes, están acabadas en un color a medida llamado ‘Nocturne’.

Cada una de las 30 unidades vendidas del Chiron Super Sport 300+ tenía un precio de unos 3,5 millones de euros, que pronto se revalorizarán al tratarse de una edición limitada, pese a que estos coches ‘tan sólo’ llegan a 440 km/h, en vez de los más de 490 km/h del coche que batió el récord.