Los detenidos creaban y utilizaban páginas web simuladas en las que ofrecían servicios como recargas de teléfonos móviles, a través de las cuales conseguían captar datos de personas y de sus cuentas bancarias.

Entre el material incautado hay varios ordenadores que contenían información, obtenida a través de las páginas simuladas, de más de 500 usuarios con sus respectivas tarjetas de crédito, la mayoría de los cuales habían denunciado el uso fraudulento de este sistema de pago.

Según la Policía, los menores participaban en diversos "chats", a través de los que se conocieron y crearon "grupos limitados y cerrados".

Los arrestados se distribuían las funciones de forma jerárquica, de tal forma que unos creaban las páginas simuladas para captar los datos de sus víctimas, y otros transmitían esta información para comprar fraudulentamente productos en Internet.

A las páginas simuladas se accedía a través del buscador "Google" tras escribir la palabra "recarga" o "recargas móviles".

Los mayoría de los detenidos son menores de edad y convivían con sus padres.