"Estamos dispuestos a volver al diálogo con una condición, que EEUU levante sus sanciones", declaró hoy Song Il Ho, embajador norcoreano para la normalización diplomática con Japón, en una rueda de prensa en la embajada norcoreana tras finalizar cinco días de reuniones con sus homólogos japoneses.

Washington impuso en los últimos meses sanciones a empresas norcoreanas a las que acusa de blanqueo de dinero mediante cuentas bancarias en Macao, falsificación de dólares y proliferación de armas. Por eso Pyongyang se niega a volver al diálogo a seis -con Corea del Sur, EEUU, Japón, Rusia y China- estancado desde noviembre pasado.

Tokio podría mediar en la crisis, según Song. "Si Japón habla con EEUU, si un amigo habla con un amigo, entonces escucharán", dijo.

"Japón nos ha pedido que le demos la oportunidad de desempeñar un papel en este asunto", explicó a EFE un diplomático norcoreano.

"No podemos confirmar dicha propuesta. Las relaciones entre los Estados Unidos y Japón son muy fuertes. Quizás, en este sentido, la delegación norcoreana ha tenido esta sensación", dijo a EFE un diplomático japonés.

El diálogo nuclear debía reanudarse este mes, pero Pekín, el anfitrión, todavía no ha anunciado una fecha, y se esperaba que la reunión entre Japón y Corea del Norte ayudara a desencallar la negociación, después de cinco rondas desde 2002 con el resultado de una declaración conjunta para una península libre de armas nucleares.

Pyongyang anunció hace un año que contaba ya con un arsenal nuclear, lo que supone una auténtica amenaza para Japón, además de los misiles balísticos norcoreanos que han sobrevolado su espacio aéreo desde 1998.

Esta decimotercera ronda de alto nivel entre Japón y Corea del Norte finalizó hoy sin frutos palpables aunque con el compromiso de ambos países de continuar el diálogo, todavía sin fecha.

"Mientras el Gobierno japonés no es muy optimista sobre el resultado, la actitud con pocas miras al futuro de Corea del Norte es lamentable", señaló hoy el delegado japonés, Koichi Haraguchi.

"Hemos descubierto que mantenemos importantes diferencias y que tenemos que seguir trabajando", dijo por su parte Song, quien señaló que ambos lados han mantenido un diálogo "sincero y abierto".

En la ronda, primera de alto nivel en tres años entre ambos, las dos delegaciones discutieron por separado sobre los tres asuntos clave para normalizar sus lazos diplomáticos: los japoneses secuestrados por Pyongyang hace 30 años, el programa armamentístico norcoreano y la normalización diplomática en sí.

El escollo decisivo son los hasta 16 japoneses secuestrados en las décadas de los años 70 y 80 por Pyongyang para enseñar su idioma al cuerpo de espías del régimen estalinista, aunque la delegación norcoreana sostiene que dos de ellos nunca llegaron a su territorio.

Corea del Norte devolvió a cinco en 2002, dijo que ocho habían muerto y entregó las cenizas de una de las secuestradas, Megumi Yokota, pero según Tokio las pruebas de ADN demuestran que no son de ella.

Japón pide también información de los otros tres casos, la devolución de los supervivientes y la entrega de los agentes secretos responsables de los secuestros.

Entre los tres agentes reclamados por Tokio está el "superespía" Sin Guang Su, quien, según un informe japonés publicado el domingo, recibió directamente del líder norcoreano, Kim Jong-il, la orden de llevar a cabo algunos de los secuestros.

Song Il Ho dedicó una buena parte de la rueda de prensa a dar detalles sobre estos secuestros para, según subrayó, que los japoneses conozcan la información de la que dispone, y exigió a Japón que entregue a los miembros del grupo activista Salvar a los Norcoreanos y a los refugiados a los que ayudaron a huir del país.

Song no dejó claro si se trata de una condición más para la normalización, aunque durante la reunión exigió, a cambio de resolver los secuestros, una compensación económica por la invasión japonesa de la península coreana entre 1910 y 1945.