La operación, bautizada como "Abid" (esclavo), ha contado con la colaboración de las policías italiana y libia y concluyó con el arresto de 31 personas por asociación de delincuentes, secuestro de personas con fines de extorsión, encubrimiento de inmigración clandestina y reducción a la esclavitud.

Las detenciones se practicaron en diversos lugares de la región de Calabria (sur) y en la ciudades de Florencia, Bolonia, Milán y Rieti.

Esa red de traficantes de personas facilitó al menos 13 desembarcos de inmigrantes ilegales en Italia en los últimos diez meses.

Los traficantes lograban altas cantidades de dinero por el transporte de los ilegales, que cobraban a los inmigrante o a sus familias y aquellos que no pagaban lo exigido eran secuestrados y en algunos casos sometidos a violencia sexual.

Los investigadores, a través de escuchas telefónicas, descubrieron cómo funcionada la red, que contaba con un código de castigos, que se aplicaban a los inmigrantes ilegales que no pagaban a tiempo el dinero reclamado.