Ágatha de Santos / VIGO

Verónica Forqué vuelve a encontrarse, casi veinte años después, con la protagonista de "Ay, Carmela", obra de José Sanchis Sinisterra, personaje al que dio vida en su estreno, en 1987, algo que hace especialmente feliz a la actriz, que asume este papel con la madurez y la experiencia que le ha dado el tiempo transcurrido. Miguel Narros dirige el nuevo montaje, coprotagonizado por Santiago Ramos, y que se escenificará hoy, a las 20.30 horas, en el Teatro Caixanova de Vigo, y mañana en Ourense, en el Pazo de Congresos.

- Carmela es un personaje con el que se reencuentra. ¿La experiencia hace que su visión del mismo sea diferente?

- Indudablemente no es lo mismo. Han pasado veinte años y muchas cosas: he sido madre, mi padre ha muerto... Los artistas en general aprendemos con el paso del tiempo y tenemos más libertad para trabajar. Yo me siento más libre y tengo más seguridad en mí misma ahora que antes.

- ¿Pero esa libertad no está determinada también por el reconocimiento adquirido?

- No crea porque en esta profesión no tiene por qué irte mejor porque lleves más tiempo. Es un oficio caprichoso y sujeto a muchos factores que no dependen de ti. Yo soy afortunada porque tengo libertad para decidir sobre lo que me apetece hacer. Y esta función me apetecía mucho porque Carmela es un gran personaje.

- Los cómicos de "Ay, Carmela" se meten en un gran lío.

- En un lío tremendo. Van en su carro, él buscando bolos y ella morcillas, cuando se pasan de la zona republicana y caen en manos de un oficial fascista italiano, pero como ve que son inofensivos les propone actuar para el bando nacional. Este es el arranque de la obra.

- Habrá quien vaya con la idea de la versión cinematográfica de Carlos Saura...

- La película es preciosa y Carmen Maura y Andrés Pajares están espléndidos, pero no tiene nada que ver con la obra teatral. A mí me gusta más ésta porque tiene más riqueza.

- ¿De todos los medios también se queda con el teatro?

- Es que a pesar de todo el esfuerzo y de la buena salud que necesitas, en el teatro es donde más disfruta un actor porque lo que más nos gusta es el contacto con el público. Se crea un clima especial entre ambos que no se da en otro sitio. La obra la hacemos actores y público juntos. Y más en una como ésta, donde en el segundo acto no hay cuarta pared y los personajes hablan directamente con la gente.

- ¿Esos cómicos son como los de ahora?

- En esencia sí. Ahora viajamos en avión y nos hospedamos en hoteles, pero seguimos teniendo el mismo deseo de gustar cada día.

- ¿Es un examen continuo?

- Sí. Yo no he dormido nada hoy. Aunque los nervios los templas, en teatro puede pasar cualquier cosa.