No es disparatado aventurar que Baiano podría haberse codeado con los delanteros más selectos del fútbol mundial si las lesiones no hubiesen obstaculizado su progresión. El brasileño tiene maneras de estrella y a eso une un compromiso máximo con el colectivo. Lo tiene todo, salvo unas rodillas sanas. Pero el trabajo específico que el cuerpo médico realiza con ellas puede permitirle continuidad y si así sucede, Baiano será uno de los fichajes más rentables de la historia del Celta.

Fuera de casa - Baiano se mueve con mayor comodidad en los desplazamientos o cuando el equipo ya está en ventaja, como ante el Málaga, porque el sistema céltico lo deja solo en punta, muy vigilado por los delanteros. Con espacios, el ariete puede zafarse de esos marcajes. Ayer lo hizo en dos ocasiones. El resultado: dos goles.

Completo - Lo tiene todo: conducción, desborde, remate... Aunque no es una bala, es capaz de lanzar algún que otro sprint difícil de detener para los centrales más fornidos. Peña y Gonzalo lo sufrieron.

Sacrificio - Baiano se sacrifica incluso en defensa, lo que ya no es tan típico en un delantero brasileño de sus características. La experiencia alemana (Wolfsburgo) le enriqueció en ese sentido, como él mismo reconoce, y el Celta puede disfrutar de ese trabajo previo que le permite emplear a Baiano como primer defensa. Como además sabe dosificarse, conserva las energías suficientes para entregarse al máximo en las acciones ante la portería contraria. Sus dos remates estuvieron llenos de instinto, clase y precisión, igual que las trayectorias que dibujó para ofrecerse a Núñez y Jorge.

Un defecto - Por ser perfeccionistas, Baiano retiene en exceso el balón de vez en cuando. A veces lo obliga el partido, si sus compañeros están muy retrasados, pero en otras oportunidades debería distribuir con mayor rapidez la pelota. Porque también es un maestro en el juego de espaldas. Una maravilla.